PAMPLONA. Es un hombre cercano, que vive el fútbol con pasión. Le dedica todo el tiempo que le es posible. El que le queda después de completar su jornada laboral como camarero en un bar de Berriozar, su pueblo. Allí trabaja desde las 8.30 hasta las 16.30 horas todos los días. Allí comenzó a patear balones hasta acabar en el Izarra, su equipo actual y desde hace cinco temporadas.

Xabi Aguinaga (6-3-1982) llegó al conjunto de Estella cuando la sombra de la Regional Preferente cubrió a un club que no vivía sus mejores años. Pero el proyecto le atrajo y se marchó. Cinco temporadas después, el defensa de Berriozar ha vuelto a sentir el olor a hierba de los campos de Segunda B. Ya lo hizo con la Peña Sport.

Acostumbrado a alegrías y celebraciones, este año le ha tocado vivir la otra cara de la moneda. Sabe que las posibilidades de salvarse son remotas, pero, como sus compañeros, no se va a rendir. No podrá jugar el derbi contra Osasuna Promesas, pero animará desde la grada de Merkatondoa como un hincha más.

¿Qué tal se encuentra la plantilla en el aspecto anímico?

Los ánimos no están muy arriba. Es algo normal en una situación como la que estamos viviendo. Pero vamos a intentar tener opciones hasta el final y que por nuestra parte no quede.

Al menos, hay que acabar la temporada con la cabeza alta y con dignidad.

Está claro. Cosas más difíciles se han visto en el fútbol. Hay otros equipos metidos en harina como nosotros y, hasta que no acabemos la temporada, queremos pelearles. Que no digamos luego el clásico "si hubiésemos". Hasta que haya opciones pelearemos.

¿La plantilla estuvo mentalizada desde el inicio de temporada de que se iba a pasar un año duro?

Sí, sabíamos que íbamos e estar inmersos en la pelea por la permanencia hasta el final y nuestro objetivo no era otro que tener esas posibilidades de salvarnos o estar salvados hasta las últimas jornadas.

El Izarra ha sufrido muchos altibajos de resultados. ¿Eso ha dificultado mantener la moral?

Supongo que algo habrá tenido que ver. Empezamos muy bien la temporada, y vimos que teníamos un equipo que podía plantar cara del más grande el grupo al más pequeño. Nadie nos ganaba fácil, nosotros hacíamos muchas ocasiones de gol, encajábamos pocos goles en casa. En toda la Liga nos ha faltado ese pelín de suerte que siempre es necesaria para cualquiera.

La fortuna que sí han tenido otros equipos.

Eso es. La suerte de que nos entre un buen tiro o de que nos piten de forma imparcial. No quiero escudarme en los arbitrajes, pero tampoco podemos negar que las actuaciones de los árbitros no nos han ayudado nada. Nunca nos han favorecido. Es más fácil pitar un penalti a la Ponferradina que al Izarra. Eso es así y nunca va a cambiar.

¿De qué manera afectó la destitución de Miguel González en un momento tan importante de la temporada?

Fue muy duro. Para mí y para los que hemos crecido en este equipo con él fue un palo muy grande. No nos lo esperábamos. Pienso que Miguel y Javier estaban haciendo una buena campaña. Teníamos nuestras opciones y realizaron un gran trabajo. Sólo tengo palabras de agradecimiento para los dos.

Han sido muchos años con él.

Y muchas alegrías. Todo títulos, todo victorias. Estoy muy contento con mi paso por Estella. No me lo pensé cuando me lo propusieron.

Ahora llega el derbi. Casi se pierde el de la primera vuelta por sanción. Menos mal que se aplazó.

Y me voy a perder éste (ríe). Me di un golpe fortuito importante con Rández en un entrenamiento de la semana pasada, sufrí un leve traumatismo craneal y me han dicho que no juegue por precaución. Por mi pasado rojillo quería jugar, pero el deporte es así.

¿Cómo cree que saldrá al césped el Promesas?

No creo que nos regalen nada, pero ellos están en una situación tranquila. Están salvados y relajado se juega mucho mejor al fútbol, pero por otra parte nosotros nos estamos jugando mucho. En el vestuario no sabemos exactamente cómo van a salir al campo. Pero pelear seguro que pelean. Eso no lo dudamos.

Usted se pierde el derbi. También otro hombre importante como Koeman, que había sido un refuerzo importantísimo. Las lesiones también han lastrado al Izarra.

La lesión de Koeman fue un palo para todos. Estaba dando un gran rendimiento y, con todo el respeto para los demás compañeros, su baja se ha notado. Nos daba muchos puntos. Todos los fines de semana, el míster no ha podido contar con todos y para un equipo como este es un hándicap demasiado grande.

Ha dado la sensación en muchas jornadas que el Izarra no era tan inferior al resto como han reflejado los resultados.

Todos hemos sentido eso. Hemos tenido muy mala suerte, ha sido algo increíble, inexplicable. Pensábamos que algún día cambiaría esa tónica. Todos los partidos que merecíamos ganar los perdíamos y tampoco tuvimos una tarde en la que merecíamos perder y ganamos. La suerte no ha llegado del todo nunca. Entre nuestra mala fortuna y los arbitrajes se nos han ido muchos puntos.

La que no ha fallado es la afición.

Claro que no, siempre han estado ahí. Para la afición estellica, solamente debemos tener palabras de agradecimiento. No es fácil ser de un equipo que va a sufrir de antemano y sabiéndolo. Bajan al campo a animar, pero también a sufrir, y eso es encomiable.