Cuando toca tirar de ataque posicional, a Gedeón Guardiola y sobre todo a Arkaitz Vargas les toca correr hacia el banquillo a dar el cambio a sus compañeros. Es el turno de otros jugadores más eléctricos, con más pegada y casi siempre más pequeños. Pero cuando llega el turno de defender la portería del San Antonio es su momento. Vargas y Guardiola son los capos de la zaga albiazul, dos jugadores rocosos a los que les toca cerrar la muralla defensiva, ordenarla y dar leña cuando corresponde. En su segunda temporada en Pamplona, estos dos armarios de dos metros han jugado prácticamente todos los minutos en defensa y viven su mejor momento en el Universitario.
En el caso de Arkaitz Vargas, a su condición de hombre fuerte de la defensa se une la de veterano en el vestuario. A sus 33 años es el jugador de más edad de la plantilla, más porque ésta es llamativamente joven (la menor de Asobal) que porque sea mayor para este deporte (en el Ademar habría siete jugadores mayores que él). Vargas supera en una década a la mitad de la plantilla y ya era jugador de Asobal cuando la mayoría de sus compañeros aún vivían en la más tierna infancia. Su hijo Jon, de 18 meses, le convierte además en el único padre de la escuadra antoniana. No obstante, según dice, tiene alma joven.
"Tengo 33 años, pero considero que tengo mentalidad más joven, no voy a decir de un chaval de 20 años, pero sí algo más joven. Me llevo muy bien con la juventud del equipo. Igual puede haber otro tipo de veterano que va más a su bola; no es mi caso. La relación en el vestuario es estupenda. Eso sí, al tener ya un crío suelo hacer más planes familiares y no puedo ir a muchas cenas del equipo", comenta el jugador de Errenteria.
el "abuelo" Este rol de veterano le obliga también a dar consejos a sus bisoños compañeros: "Intentas ayudarles, les dices qué no deben hacer, les aconsejas que no se quejen a los árbitros por ser nuevos en la categoría...". Y rodeado de una plantilla en la que pocos llegan al cuarto de siglo, al bueno de Arkaitz también le toca escuchar alguna que otra chanza. "Sí me vacilan sí. Tengo que aguantar que me llamen abuelo y ese tipo de cosas", explica esbozando una sonrisa.
Curiosamente, a sus 26 años, el pivote alicantino Gedeón Guardiola es el cuarto jugador más veterano de la plantilla. Sin embargo, este rol se lo deja a Arkaitz Vargas y Santi Urdiales: "Todavía soy muy joven para ejercer de veterano. Lo que yo veo es que Arkaitz y Santi son los que más consejos dan a los jóvenes". Sea quien sea el encargado de enseñar el oficio, la cuestión es que el Amaya Sport San Antonio funciona muy por encima de las expectativas que se habían creado tras el último bajón presupuestario.
"Ni nosotros sabíamos que íbamos a estar como estamos. Veíamos el equipo más limitado de lo que es y está siendo sorprendente el buen rendimiento de la plantilla", explica Gedeón Guardiola. Y es que, en este San Antonio de juego alegre y combativo, cada línea cumple con lo suyo, y desde luego la defensa no es una excepción. "Estamos haciendo resultados con marcadores bajos y eso significa que las cosas se están haciendo bien en defensa y portería. Siempre he dicho que Gedeón tiene una forma de defender parecida a la mía, nos entendemos muy bien y eso ayuda mucha", explica el ex del Arrate.
sosiego y profesionalidad De entre las cualidades de su compañero de batallas defensivas, Gedeón Guardiola se queda con el sosiego del guipuzcoano: "Me gusta lo tranquilo que es Arkaitz, cómo se toma las cosas. Su actitud también es encomiable, nunca le ves un mal gesto". Arkaitz le devuelve la loa hablando de la profesionalidad de su compañero. "Es un jugador muy trabajador, un currela. Como deportista es muy serio y profesional, se cuida mucho", explica mientras, de fondo, un compañero aún presente tras el entrenamiento le sugiere entre risas que hable del aspecto físico de su colega.
Y con el viento a favor y el equipo carburando a buen ritmo, tanto uno como otro hablan de su plantilla como una auténtica piña. "Estamos muy a gusto con el grupo que se ha formado, eso también influye en el juego. La temporada pasada, sin ser malo el ambiente, no era como el de ahora. Creo que se percibe desde fuera incluso", explica Guardiola. Puestos a comparar entre las dos temporadas que ambos llevan en Pamplona, Arkaitz Vargas no tiene duda: "Este año estoy mucho más a gusto. Estoy contando para el entrenador, me encuentro con confianza y la línea del equipo es muy buena".
Si a eso se le añade que en la capital navarra se encuentra como en casa, se puede decir que todo va sobre ruedas: "Nací en Irun, pero soy de Errenteria. Tengo a mis aitas muy cerca y mi familia está encantada en Pamplona. Es una ciudad muy cómoda y gracias a mi hijo he visto que está llena de parques". Cosas de la edad, Guardiola se queda antes con el ambiente del Casco Viejo, aunque en su caso la familia quede mucho más lejos (es de la ciudad alicantina de Petrer y su hermano gemelo, Isasías, juega en el Ciudad Real). "Estoy lejos de casa, pero después de pasar por el Naturhouse La Rioja yo ya me he hecho del norte. Me gusta mucho Pamplona, lo que más quizá el ambiente en la Estafeta o en Navarrería".
Lejos de este carácter sumamente afable y templado que muestran fuera de la cancha, centrados en lo deportivo, a Arkaitz y Gedeón les tocará este sábado ante el Toledo tirar de nuevo de galones y meterse en el papel de hombres fuertes del equipo. Para eso son los sheriffs del San Antonio.