AMAYA SPORT 30 Lucau, Aguirrezabalaga (2), Eloy (4), Gedeón Guardiola (2), Vargas, Sevaljevic (5,2p), Santi Urdiales (3), Ristanovic (ps), Mindegía (1), Borragán (1), Rasic (2), Víctor (5), Meoki (3) y Crowley (2).

CIUDAD REAL 36 Sterbik, Källman (6), Jurkiewicz (6), Chema Rodríguez (1), Lazarov (7), Julen Aginagalde (3), Abalo (3), Hombrados (ps), Viran Morros (1), Isaías Guardiola (2), Cañellas (4), García Parrondo (2p), Davis y Shevelev (1).

Marcador cada cinco minutos 3-3, 3-6, 7-10, 7-14, 10-17, 12-20 (descaso); 15-23, 18-25, 22-29, 24-32, 27-34 y 30-36.

Árbitro García Serradilla y Marín Lorente (colegio de Cataluña). Excluyeron a Vargas, Víctor Álvarez, Eloy González y Gedeón Guardiola por parte del San Antonio; y a Abalo (2) y Viran Morros por parte del Ciudad Real.

Incidencias Pabellón municipal de As Travesas ante unos 500 espectadores.

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vigo. Hola y adiós. Amaya Sport cayó derrotado en cuartos ante el poderío de un Ciudad Real que quiso resolver el encuentro por la vía rápida y lo consiguió en el primer periodo finiquitado con ocho goles de ventaja para los de Talant. Aun así, los antonianos jamás se dieron por vencidos, pero luchaban contra un imposible y aunque hubo tramos de brillantez navarra, al final fueron seis los goles de diferencia para uno de los favoritos.

Aguantó bien el conjunto navarro en los primeros cinco minutos, con un empate a tres tantos y apretando bien las clavijas en la defensa, pero ahí empezó a romper el encuentro el cuadro manchego. Un parcial de 0-4 entre los minutos seis y nueve desequilibró a los antonianos (3-7), con el lateral Kiril Lazarov como verdugo. Las diferencias entre las dos formaciones, tanto en el presupuesto como en la calidad de su plantilla, se manifestaron en la pista. Salvo la igualdad inicial, el Renovalia Ciudad Real se preocupó de administrar su renta frente a un rival que lo intentó todo, pero que se estrelló ante un muro infranqueable. El San Antonio jugó de manera digna, intentando siempre sorprender a su adversario, pero se quedó sólo en los deseos. Sus argumentos nunca fueron suficientes para asustar a un rival que se sintió más cómodo en la pista.

Así, Juanto pedía un tiempo muerto a los doce minutos y los suyos respondían con un parcial de dos a cero para estrechar los márgenes, pero pocos instantes después, el Ciudad Real se escapaba con otro parcial poderoso de 0-4. Eloy González y Víctor Álvarez mantuvieron con honor a los suyos (12-20).

UNA SEGUNDA PARTE IGUALADA Si la primera mitad fue de dominio manchego, en la segunda se igualaron algo los cosas. El San Antonio apretó más, presionó más, y apostó por la dignidad. Consciente de sus limitaciones, quiso salvar su orgullo deportivo. Lo logró en un periodo donde no se jugó bien al balonmano y soñó con algo mejor cuando se colocó con una diferencia en contra de cinco tantos, pero el poder aniquilador del equipo manchego era inmenso. Cuando los antonianos acortaron ese marcador hasta el 21-26 con dos dianas consecutivas de Rasic, el bloque de Ciudad Real respondió sin dejar estrechar más las diferencias. Los navarros se despidieron de la competición en el primer partido. Parecía previsible, pero el Ciudad Real tuvo que ganarse el pase en la pista, que es donde debe demostrar esos méritos.

No obstante, el orgullo de los navarros permanece intacto para el futuro. Su derrota no fue ninguna deshonra. Partían como víctimas, pero demostraron que la palabra sorpresa estaba presente en su vocabulario. Lucharon hasta el último minuto y acabaron por maldecir el día en que se sorteó el cuadro final de la competición. Soñaron con repetir lo que sucedió hace poco en la Liga Asobal, pero no lograron su objetivo. Se perdió pero con la cabeza muy alta.