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Itxako tiene motivos para creer

derrota al györi con una soberbia defensa y viaja a hungría con 5 goles de rentaLas de Estella fueron de menos a más y llegaron a colocarse 7 tantos por encima de un rival impotente por momentos

Itxako tiene motivos para creerFoto: r. usúa

ITXAKO RDN26

GYÖRI AUDI ETO21

ITXAKO REYNO DE NAVARRA Navarro (p), Barnó, Pinedo (1), Martín (4), Turey (5), Fernández (2) y Barbosa (3) -siete inicial- Stefani (ps), Egozkue (1), Aguilar (3), Tervel, Soit (3), Kurbanova (1) y Pena (3).

GYÖRI AUDI ETO Palinger (p), Verten (2), Mravikova (3), Görbicz (2), Bradeanu (6), Gros (1) y Spiridon (1) -siete inicial- Lunde (ps), Kurucz, Kovacsics (1), Amorim, Orban, Mayer (2) y Hornyak (3).

Marcador cada cinco minutos 2-3, 4-5, 5-6, 6-8, 10-9, 13-11 (descanso) 15-12, 16-13, 19-13, 20-15, 24-19 y 26-21.

Árbitros Michal Badura y Jaroslav Ondogrecula (Eslovaquia). Excluyeron por Itxako a Martín, Barbosa, Fernández y Soit; y a Bradeanu, Kovasics, Spiridon, Kurucz y Amorim por el Györi.

Incidencias Encuentro de semifinales de la Liga de Campeones celebrado en el pabellón Lizarrerria de Estella ante unos 2.200 espectadores, 200 de ellos llegados desde Hungría.

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ESTELLA-LIZARRA. Itxako Reyno de Navarra volvió a demostrar ayer, en toda una semifinal de la Liga de Campeones, que lo suyo no es una casualidad y que no importa quién tiene delante cuando pone en práctica su mejor arma, su defensa. Gracias a ella, fue creciendo poco a poco en un partido que se le puso cuesta arriba en los primeros minutos pero que terminó dominando los 40 últimos presentando sus credenciales para colarse en la gran final.

Como les ha ocurrido a muchos otros equipos este año en el Lizarrerria, el potente Györi Audi ETO se quedó empequeñecido ante las navarras, que, sin embargo, tendrán que sufrir en Hungría para mantener los cinco goles de diferencia con los que viajan (26-21).

Viendo cómo comenzó el partido, los más de 2.000 espectadores que abarrotaron ayer el polideportivo estellés, salvo, claro, los 200 magiares, hubieran firmado el resultado final, y es que el Györi fue bastante superior en esos compases iniciales, tanto con su habilidad en las penetraciones como con su calidad en el tiro exterior. La defensa navarra no se encontraba cómoda, y el rival empezaba a escaparse en el marcador con una retaguardia muy sólida y una Palinger genial bajo los palos (5-8, min.17). Ambros no lo veía claro, pidió su tiempo muerto, y poco a poco el equipo estellés mejoró.

La defensa ya no daba opciones y arriba, aunque se seguía fallando, empezaban a encontrarse situaciones más claras de anotar. En siete minutos Itxako ponía la igualada (9-9) y sobre la bocina Barbosa, en una contra, empezaba a decantar el partido para el bando local (13-11).

Tal y como había ido la primera parte, el resultado era buenísimo, pero lo mejor estaba todavía por llegar. Aunque cada gol había que trabajárselo, y mucho, atrás las navarras se convirtieron en un muro de cemento que ni Görbicz, ni Bradeanu, ni Gros podían batir tanto con el 6/0 como con el 5/1. El Györi se veía impotente y sus jugadoras movían la bola sin sentido hasta rozar en varias ocasiones el juego pasivo y terminar lanzando con precipitación.

Tanta fue su desesperación que en 16 minutos hicieron sólo dos goles, mientras que Itxako, fundamentado en el bloque, seguía aumentado su marcador particular (18-13, m.42). Y eso que hubo experimentos, como el de Turey por el extremo derecho, que le salió redondo al cuerpo técnico.

Justo en el ecuador del segundo tiempo logró Itxako su mayor renta (20-13), pero en el posterior intercambio de golpes salió perdiendo. Las húngaras, con fortuna en varias acciones, lograron ponerse a cinco en los minutos finales con una Bradeanu que se echó al equipo a la espalda. La réplica de las navarras la dio Macarena, que pudo jugar con el pivote e internarse en varias ocasiones, unas con el gol como resultado y otras forzando los siete metros. Ella fue también quien anotó el 26-21 final, aunque Turey hizo otro después justo sonar la bocina. Así pues, cinco goles de diferencia que no evitarán que las de Estella tengan que sufrir el domingo en Hungría ante 2.800 espectadores.