Bilbao. ¿Cuáles han sido las sensaciones al no haber podido coronar el K2?
Estoy contento y también un pelín triste, con un sabor agridulce porque después de hacer tanto esfuerzo y de coronar dos cumbres -el G-I el 13 de julio y el G-II el día 22-, vienes a lo que es el último campo y esperas tener la misma suerte que has tenido hace 15 días con las demás montañas en unas condiciones francamente duras. Sientes alegría de haber trabajado en la montaña, de haber hecho las cosas bien y de haber llegado tan alto, y tristeza porque piensas que, con lo bien que lo has hecho, no has logrado el objetivo. En 2004 ya llegué a los 7.000 metros, ahora 8.000 y en invierno me gustaría intentarlo de nuevo.
Después de que el Gasherbrum I sirviera de aclimatación, ¿el K2 era el objetivo principal de la expedición?
Sí, lo era, además de haber hecho el viaje en coche. Durante la ascensión nos hemos reunido con un grupo de japoneses, hemos dejado gas y una tienda de campaña para el invierno. De los cuatro montañeros que en un principio íbamos a atacar el K2 nos hemos quedado dos y al final no hemos podido abrir la nueva ruta. Hemos llegado al campo 4 algo decepcionados, pero tampoco es un mal resultado vista la situación de la montaña.
¿Les trastocó los planes el cambio de ruta?
No. Lo que más trastocó fue que, de los cuatro montañeros, llegamos dos para hacer la ascensión, lo que dificultaba el trabajo.
¿El tiempo ha sido el mayor obstáculo en la ascensión?
Sí, el tiempo ha sido uno de los factores, pero también que solo hemos estado 14 personas en la ascensión, de las cuales solo nos quedamos once y al final solo cuatro estuvimos en el campo 4 y sin todo el material para hacer cumbre. Nos hacían falta 600 metros de cuerda y tendríamos que ir a otro campo a depositar todo y subir otro día.
¿Les perjudicó la espera a los demás compañeros en el campo 4?
Al final solo llegamos cuatro personas y en el otro campo se habían quedado las otras siete personas. Nosotros confiábamos en llegar todos ese mismo día, pero, al final, estar dos días a 7.000 metros perjudica.
¿El descenso al campo base fue duro?
En cuanto nos dejó el viento, el sábado desmontamos el campo, recogimos todas nuestras cosas y cada uno tiró hacia abajo. Yo lo tuve muy claro. Me mentalicé en unas zonas muy verticales y entonces fui para abajo. Bajé muy rápido, no sé si en cuatro horas y media o en cinco llegué al campo base. Hay gente que ha llegado hace escasas horas y que han tardado casi 24 horas.
No es la primera vez que intenta subir al K2 porque ya lo hizo en 2004. ¿Cuáles son las diferencias?
En 2004. Era un chaval con 22 años y Edurne -Pasaban- hizo un buen trabajo. En esta ocasión, teníamos más experiencia, pero también hemos apretado la tuerca en una ascensión que ha sido dura y en la que llegamos hasta el campo 4.
De las tres ascensiones de este verano, ¿cuál ha sido la más difícil?
En el G-I, el descenso al campo 3 fue complicado y trabajamos muchísimo. En el G-2, el día de cumbre fue muy duro por el tiempo y rachas muy fuertes de viento. Creo que sufrimos demasiado. Pero, en cuanto a las fuerzas físicas, el K2, porque hay mucho más compromiso. Nos tocó trabajar demasiado y más duro de lo que yo pensaba y tuvimos que escalar muchísimo sin cuerda y luego el descenso fue muy comprometido.
¿Alguna vez pensó en abandonar cuando vio muchas dificultades?
No, porque tenía claro lo que teníamos que hacer. Una vez que me mentalicé, dije que había que subir a la cima como fuera y con toda la responsabilidad de asumir la apertura de una nueva ruta, llevar las cuerdas y entonces en ningún momento pensé en abandonar. Dos noches allí, en el campo 4, pueden llegar a provocar un edema pulmonar, pero teníamos gas de sobra y lo mejor era hidratarse con el hielo que se derretía.
Una vez concluida esta expedición, ¿cuál es la valoración general que hace?
Positiva. He disfrutado en cada momento. En los inicios del viaje en coche hasta Skardú junto a Ernesto Ezpeleta, Bihurri, y Xabier Erro, después con Tamayo y Madariaga en el G-I, los días que he pasado en el K2... Ves cómo la gente se va a sus casas y tú sigues ahí. Además, una vez que Juanra Madariaga y José Carlos Tamayo volvieron a casa, me llaman para saber cómo estoy. Pero he disfrutado mucho durante la expedición conociendo a diferente gente.
¿Cuándo tiene pensado volver a casa?
El jueves (por hoy) podríamos estar en Skardú (Pakistán) y luego a ver los billetes del avión... Además, tenemos que dejar las cosas para volver en invierno a intentar la ascensión y a ver qué pasa.
¿Tiene pensado atacar otro 'ochomil' en un corto o medio plazo?
No, solo me gustaría atacar el K2 otra vez este invierno.