Bilbao. Juan Vallejo, que junto a Alberto Iñurrategi y Mikel Zabalza acaba de completar una travesía de 3.400 por la Antártida pasando por el Polo Sur geográfico, confesó ayer que la expedición fue "un suplicio diario" debido, sobre todo, a las difíciles condiciones del terreno por el que transitaron.

Tras regresar el pasado domingo desde Chile, los tres montañeros comparecieron ayer en Bilbao para detallar algunas de sus experiencias, además de un vídeo con imágenes inéditas, en las que "se transmite que ha costado bastante" realizar este trayecto y para lo que contaron como única ayuda de unas cometas de tracción.

Además del frío, con temperaturas que llegaron a rondar los 40 bajo cero, Vallejo subrayó que fueron los afilados sastruguis, profundos surcos que el viento cava en la superficie del hielo, los que no les permitieron tener "ni un día de disfrute", excepto en la jornada en la que alcanzaron el Polo Sur. "Todos los días hemos tenido que pelear. Eran diez o doce horas sufriendo encima de unos esquís y llegábamos a la tienda reventados", explicó el montañero alavés, quien admitió que llegaron a pasar "miedo real" de producirse una lesión o fractura que les hubiera apartado definitivamente de su objetivo.

Uno de los momentos más críticos, según confesaron, fue cuando en la parte inicial de la travesía, el trineo de Vallejo, de 160 kilos de peso, cayó por una grieta y estuvo a punto de arrastrarle y hacerle caer de una altura de más de treinta metros. "Se quedó en un susto bastante grande, pero a partir de ahí tomamos más precauciones porque fue como una advertencia de que este tipo de travesías tienen también su riesgo".

El pamplonés Mikel Zabalza indicó que sufrió especialmente en las dos primeras semanas: "Mis compañeros son más corpulentos, y al comienzo los trineos pesaban cerca de 170 kilos que había que arrastrar sin apenas ayuda del viento, así que sufrí mucho para seguir el ritmo de Juan y Alberto. Pero cuando sopla el viento adecuado, recurrir a las cometas es un método sencillo y eficaz para realizar una travesía inmensa como ésta en un tiempo razonable".

Una vez completada esta "dura, pero positiva" experiencia que les ha servido también para "reforzar la convivencia", los montañeros se plantean "nuevos proyectos" en común para los que esperan contar con "compañeros de viaje" en forma de patrocinadores, que en esta expedición fueron BBK y Naturgas Energía.