Síguenos en redes sociales:

Lipton Ice, la lágrima de oro

José Carlos Romay colabora con 'al filo de imposible' en una grabación en noruega

Lipton Ice, la lágrima de oroCedida

PAMPLONA. Porque para él, como para todos los que disfrutan de las sensaciones de esa modalidad alpina, las posibilidades que ofrece la famosa pared ubicada en Noruega son únicas. Se encuentra en el industrializado valle de Rjukan, donde a uno y otro lado se descuelgan de las escarpadas montañas decenas y decenas de majestuosas columnas cristalinas que convierten a este rincón nórdico en uno de los lugares favoritos para todos los escaladores en hielo.

José Carlos Romay, Josito, es uno de ellos. Este gallego de 34 años, afincado en Navarra desde hace cuatro, dejó su tierra natal para poder hacer realidad su sueño montañero y acabó llenando su corazón en esta tierra. Vive con Pilartxo en Leranotz (valle de Esteríbar) y acaba de regresar de Lipton Ice tras haber participado junto a la oscense Cecilia Buil en la grabación de un capítulo para el programa televisivo Al filo de lo imposible.

El capítulo en cuestión se emitirá la temporada que viene junto a otros episodios que se encuentra en fase de producción o grabación, pero mientras tanto Josito tuvo tiempo para comentar para los lectores de este periódico su experiencia en una de las columnas de hielo más conocidas del planeta. Se define como un anarquista de la escalada, capaz de estar metido dos meses en una piedra que apenas levanta medio metro del suelo o de escalar una columna de hielo de más de cien metros.

Estuvieron dos semanas grabando. El objetivo principal era la Lipton, una vía técnicamente compleja. "La idea era hacer una cordada femenina, Cecilia me llamó para acompañarles, pero una de las que iba a tomar parte no acudió al final y nos repartimos la vía entre los dos". Define a Lipton Ice como una belleza viva de cristal amarillo, la escalada que todo el mundo sueña con hacer un día. "Es diferente a todas las demás, 130 metros de una exigente ascensión con un grado 7 de dificultad (el máximo es 8)". Lo primero que destaca es la belleza y el color del hielo, un tono amarillento que resalta más si cabe entre tanta pared negra. "Se asemeja a una enorme lágrima de oro resbalando sobre un mina de carbón. El hielo solo apoyaba algo más de medio metro, pero era homogéneo, lo que aumentaba la confianza con los tornillos".

No tiene que ser nada tranquilizador estar debajo de una cascada como Lipton a estas temperaturas. "Lo malo de Lipton es que tiene mucha masa de hielo colgando y era muy peligroso estar bajo esos carámbanos con calor. Fue lo más difícil, porque pasamos de estar a diez grados bajo cero a 16º, lo que puso en riesgo el proyecto". Llegó emocionado de la experiencia y no tiene dudas en afirmar que ha sido la mejor ascensión de su vida. "Es un símbolo, por su belleza, dificultad y el alto nivel técnico y físico que requiere", dijo Josito.