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La elite navarra puede desaparecer por no tener un campo para jugar

Béisbol | el patronato de deportes de Burlada quiere prohibir, a partir del 1 del enero, el uso de El Soto a los equipos de Mayores para evitar el riesgo de pelotazos a la población

La elite navarra puede desaparecer por no tener un campo para jugarARCHIVO

Pamplona - Béisbol Navarra y CD Pamplona, los dos equipos navarros que militan en División de Honor, la máxima categoría del béisbol nacional, corren el peligro de desaparecer por no contar con un campo para entrenar y jugar.

El motivo es que la junta del Patronato de Deportes del Ayuntamiento de Burlada ha propuesto a la corporación municipal que, a partir del 1 de enero de 2017, no se deje utilizar el campo de El Soto a las categorías superiores de equipos de béisbol, para evitar el riesgo de que las pelotas que a veces se salen del estadio causen lesiones a la gente que acude a las piscinas o pasea por el parque Uranga.

A lo largo de los últimos años se han colocado en el campo de El Soto redes o vallas en las zonas con mayor riesgo, y los incidentes han sido escasos -“En 25 años solo recuerdo tres pelotazos a personas”, comenta Elifio Cuesta, gerente del CD Arga-, pero el peligro está ahí porque la seguridad no se puede garantizar al 100%.

El problema para los clubes implicados es que en toda la comarca de Pamplona solo hay otros dos campos de béisbol: el de la CD Amaya que, además de inundarse varias veces al año, no está en buenas condiciones y, sobre todo, no tiene luz, por lo que no se puede utilizar de noche; y el de Irabia, que no tiene las medidas que se exigen en las categorías absolutas.

Por ello, la prohibición de jugar en El Soto dejaría sin campo a los dos equipos citados y a otros cuatro séniors o juveniles del Arga y el CD Pamplona.

ripagaina, pero a largo plazo La solución para este problema existe, pero solo a largo o muy largo plazo: el propio Ayuntamiento de Burlada ha puesto a disposición de los clubes un terreno en Ripagaina para que construyan allí un campo de béisbol que tendría la doble ventaja de no poner en riesgo a la población y no inundarse -algo demasiado habitual en el campo de El Soto-.

El problema es que los clubes no pueden financiar una obra como ésa; el Gobierno de Navarra tampoco está en disposición de acometerla en estos tiempos de crisis; y el Consejo Superior de Deportes tiene sus inversiones prácticamente paralizadas al estar el Gobierno de España en funciones.

Por lo tanto, la opción de Ripagaina no puede solventar el problema inmediato de ambos clubes, que ya solo pueden esperar a que el Ayuntamiento de Burlada no aplique la propuesta del Patronato de Deportes y les dé una prórroga de uso del campo de El Soto hasta que el proyecto de Ripagaina sea una realidad.

Elifio Cuesta explicaba ayer la situación en la que quedaría el Club Arga: “Yo entiendo que somos un deporte minoritario y que quizás al Ayuntamiento de Burlada, que es el propietario del campo, no le compensa mantener una instalación como ésa para nosotros, y menos si existe un riesgo, aunque sea pequeño. Pero si no pueden entrenar y jugar nuestros equipos de mayores, la supervivencia del club está amenazada porque nos quedarían tres equipillos de menores sin objetivos a largo plazo. Si un chaval solo puede jugar hasta los 15 años y después lo tiene que dejar, no tiene mucho sentido. Y supongo que el CD Pamplona se quedaría en una situación muy parecida”.