Gorka Aranberri: “Queríamos ofrecer la bandera de La Concha al pueblo que tanto ha creído en nosotros”
Zarautz - Tras diez años de sequía, fue el encargado de ondear la Bandera de La Concha obtenida por Orio. ¿Qué sentimientos afloraron en usted?
-Fue una alegría inmensa, y me emocioné como nunca. Orio es la cuna del remo, aquí llevan este deporte en la sangre. Ganar con un club así tiene un significado especial, y me siento muy orgulloso de haberlo conseguido.
Se le vio muy emocionado tanto en la rampa del muelle donostiarra como en las calles de Orio. ¿Esta victoria tiene un significado especial?
-Sí que fue especial. Antes de empezar a remar y tener el sentimiento de Zarautz, he venido muchas veces a los recibimientos que el pueblo de Orio ofrecía a sus remeros. Era bonito ver cómo los recibían como unos héroes, y entrar en la historia de este modo es impresionante; es la primera vez que Orio remonta en la segunda jornada.
Para ello, tuvieron que emplearse a fondo durante la regata de la segunda jornada, con muy mala mar.
-Sinceramente, cuando llegamos a Donostia en el bus pensé que la regata no se iba a disputar. No había nadie en el agua excepto un barco de la Ertzaintza que desaparecía entre las olas. Aún así, nosotros éramos partidarios de remar porque nuestras opciones estaban sujetas a esas condiciones. Éramos conscientes de que con la mar calmada recuperar diez segundos a Urdaibai era casi imposible.
Querían llegar vivos a la ciaboga para intentar volver bien. ¿Cumplieron el guion?
-Sí. Sabíamos que Urdaibai sale muy fuerte en las regatas, y además iban por la calle cuatro, a priori la mejor de todas. No obstante, con el viento del noreste la mar estaba rota y no creo que hubiese muchas diferencias entre calles. Queríamos sujetarles, porque esos remeros van bien hacia fuera. Pudimos pasarles en la ciaboga y maduramos después la regata a la vuelta. Luego, en este largo, acertamos en dos olas que fueron cruciales para ganar.
En la tripulación oriotarra había remeros que ganaron la Bandera de La Concha por primera vez tras llevar toda una vida en el club.
-Sí, Josu Indo, Iñigo Mujika... Son remeros a los que tengo en mucha estima. Son de casa, y están en Orio desde siempre. Los he tenido como contrarios durante toda la vida, pero ser parte de su primera Bandera de La Concha después de haber pasado años difíciles también fue muy bonito para mí. Se lo merecen.
El entrenador, Jon Salsamendi, volvió a triunfar en Donostia. ¿Cómo lo vivió?
-Estaba en una nube. El entrenador hizo una apuesta clara por la Bandera de La Concha, y le ha salido bien. Al empezar la temporada, nos dijo que íbamos a vivir un embarazo de nueve meses y que había que trabajar día a día, cuidándonos siempre. Nos ha salido la apuesta como lo planteamos y Jon Salsamendi tiene mucho mérito en todo esto.
¿La victoria de ayer fue especial para su entrenador?
-Claro que sí. Ha sido un año especial para él por cuestiones personales, y además, es muy de Orio. Además, tampoco creas que es fácil ser entrenador en fechas de la Bandera de La Concha. Al final, tienes una plantilla de dieciocho remeros y no puedes meter a todos a pesar de saber que han entrenado como los que más. Duele mucho quedar fuera, y también duele decidir quién se quedará en tierra. Jon (Salsamendi) es consciente de ello porque conoce los sacrificios que han hecho todos.
El domingo por la tarde se constató la devoción que siente Orio por su trainera. Les recibieron como héroes.
-No solo el domingo; el viernes se juntó mucha gente para mostrar su apoyo antes del entrenamiento. Para el recibimiento, además, no había, nada preparado nada especial. Hace diez años trajeron un bus amarillo de un pueblo de Lleida, pero esta vez no. Improvisamos sobre la marcha encima del tren txu-txu, porque queríamos ofrecer la bandera al pueblo que tanto ha creído en nosotros. Estamos muy agradecidos.
Con esta victoria, usted ya cuenta con cinco Banderas de La Concha en su palmarés particular. Un número para tener en cuenta.
-No me he parado a pensar en ello, la verdad, porque prefiero vivir el momento. Quizás, dentro de unos años, con tiempo para reflexionar, lo valoraré más. Hay grandes remeros con siete, ocho o diez Banderas de La Concha.
¿Esperaba conseguir este palmarés tan excelso cuando comenzó en el remo?
-No, creo que nadie lo hace. Mi sueño era entrar en una trainera y dirigirla. Todavía recuerdo cuando, siendo infantil, entraba al local que Zarautz poseía en la playa y veía la trainera. No llegaba ni a los peldaños del patrón. Mi idea era llegar algún día para salir en una trainera. El sueño se cumplió, después pude remar en La Concha con Zarautz dos veces; y al ir a un equipo ganador como Urdaibai tuve suerte de ganar la bandera cuatro veces. Esa etapa acabó. Ahora he decidido estar cerca de casa y, a pesar de haber dejado Bermeo con muchísima pena, pensé en los míos y decidí venir a Orio, donde, después de trabajar mucho, he conseguido ganar otra Bandera de La Concha.
Tras la regata tuvo un detalle al saludar a sus excompañeros de Urdaibai.
-Sí. Los amigos que dejé en Bermeo permanecen allí. Al final, es como una cuadrilla, porque pasábamos muchas horas juntos. Mantengo una estrecha relación con ellos, y me dio pena. Sé que solamente gana uno, pero, después una regata impresionante, en la que ellos batieron el récord en la primera jornada, quedarse sin bandera... Son cosas del deporte, pero sí sentí un poco de rabia por ellos.
“Antes de empezar a remar siempre veía que en Orio se recibía a los remeros como a unos héroes cuando ganaban; entrar en la historia de este modo es impresionante”
Gorka Aranberri
Patrón de Orio