ELCHE Badía; Barragán, Verdú, Calvo, Sánchez Miño; Víctor (Josan, min.74), Marcone, Raúl Guti; Rigoni (Morente, min.74), Boyé (Carrillo, min.87) y Fidel.

REAL MADRID Courtois; Carvajal, Ramos, Varane, Marcelo; Casemiro, Kroos (Valverde, min.78), Modric; Lucas Vázquez (Hazard, min.78), Benzema y Asensio (Vinicius, min.86).

Goles 0-1, minuto 20. Modric. 1-1, minuto 52. Fidel, de penalti.

Árbitro Figueroa Vázquez (C.Andaluz). Amonestó a Verdú (min.73), por el Elche, y a Sergio Ramos (min.21), Casemiro (min.60), Carvajal (min.66) y Kroos (min.71), por el Real Madrid.

Estadio Martínez Valero.

- El Elche frenó ayer por la noche la racha de resultados positivos del Real Madrid en el Martínez Valero al lograr empatar de penalti el tanto inicial de Modric y supo jugar a la perfección sus armas para aprovechar un partido de poca energía de los madridistas.

El actual campeón aspiraba a su sexta victoria consecutiva en LaLiga Santander, y séptima en total, pero no estuvo a su mejor nivel en el feudo franjiverde, en buena medida por el buen planteamiento de su rival, que le dejó poco margen de maniobra y que le fue adormeciendo hasta relajarle en exceso.

Los de Zinédine Zidane volvieron a cierta espesura de antaño arriba y pese a que se adelantaron en el marcador, su cierta falta de mayor voracidad le acabó condenando a un resultado ante el conjunto alicantino que permite que el Atlético de Madrid lidere en solitario en el cierre del 2020.

Zidane mantuvo su confianza en su once más habitual de su buena racha, aunque dio una nueva oportunidad a Marcelo en el lateral izquierdo, mientras que Asensio completó el tridente ofensivo junto a Benzema y Lucas Vázquez. Como estaba previsto, el equipo visitante se hizo rápidamente con el dominio del encuentro. Así, Badía desvió un lanzamiento de Asensio, pero el rechace lo cazó Modric y lo cabeceó a la red. En la segunda parte, una falta de Carvajal a Barragán se castigo con un penalti que Fidel trasformó en el 1-1 final. A partir de ahí, el Elche supo mantener las posiciones sin descomponerse ante las arremetidas blancas para lograr un más que satisfactorio empate.