El corredor norteamericano Neilson Powless se adjudicó una Clásica San Sebastián que estuvo condicionada por la constante lluvia que acompañó el recorrido y que se decidió en un esprint entre tres ciclistas, que se llevó el pupilo de Juanma Gárate en el Education First.

La lluvia se unió a la prueba casi desde el principio, con pequeñas treguas, lo que endureció una carrera de por sí muy exigente, con los seis puertos de montaña, que pagó cara el equipo Bora con una caída múltiple en la bajada de Jaizkibel con tres de sus corredores (Kelderman, Fabro y Aleoti) malparados.

La escapada del corredor de Astana Javier Romo se llevaría el protagonismo en el último tramo de una larga carrera de 223 kilómetros. Llegó con un minuto de ventaja al siguiente puerto de Erlaitz, el más duro de la prueba con 3,8 kilómetros y una pendiente promedio del 10 %, que se hizo eterna para un pelotón que llegaba muy castigado por la dureza del recorrido.

Ahí atacó Mikel Landa, que no había competido desde su abandono del Tour de Francia por una caída y que probó fuerzas sin que nadie pudiera seguirle de inicio pero el alavés, con Romo cazado, no llegó a conectar con Simon Carr, que se había escapado segundos antes y que pasó 25 segundos adelantado en la cima en el momento clave de la carrera.

En la transición hasta la capital donostiarra, jalonada de subidas y bajadas, Carr aguantó el tipo. Atrás no había colaboración y su aventura llegó hasta que fue engullido a falta de 20 kilómetros por un grupo de cuatro corredores en el que estaban entre otros Lorenzo Rota, experto en clásicas, Mohoric, Honoré y su compañero en el Educatio First Neilson Powles.

Las ventajas llegaron al minuto y estaba ya claro que de ese grupo saldría el ganador de la Clásica 2021, con todos los boletos para Powles que, con su aliado Carr cubriéndole las espaldas, lo tenía a favor aunque con Rota como peligroso acompañante hasta que se cayó en el descenso de Murgil.

Se quedó un trío formado por Powless, Mohoric y Honoré, que llegaron juntos a pelear el sprint final y en esos metros el americano Powless fue el más rápido y se llevó la alegría de su vida con su primera victoria profesional.