Jokin Altuna (Amezketa, 1996) pasó por el quirófano el 26 de mayo para que le extirparan un nódulo en la punta del dedo índice de la mano izquierda. La fecha de su próximo encuentro está fijada el próximo viernes en Urrestilla dentro del Cuatro y Medio de San Fermín, pero no cree que llegue a tiempo.

¿Cómo va la recuperación?

—Bien. Estuve diez días con los puntos. El lunes me los quitaron, pero todavía me tiene que bajar la inflamación y cerrar bien la herida. No puedo mover bien el dedo aún y tengo que recuperar esa movilidad. Ahora estoy descansando y deseando volver a la normalidad.

En su caso confluyen dos cuestiones antagónicas: la necesidad de parar tras unos años tremendamente cargados de partidos y el quebradero de cabeza para el pelotari que quiere entrenarse y no puede.

—Eso es. Al final, tienes que desconectar y salir de vacaciones. Eso se coge muy a gusto, pero luego quieres empezar cuanto antes. Así no puedo ejercitarme. Me toca estar parado y no ir al frontón. Me vendrá bien, porque luego llegan muchos partidos y los tomaré con ganas.

Limpia la cabeza...

—Y pondremos nuevos objetivos. Tienes que ir al frontón con hambre. Este verano, en comparación con los dos anteriores, parece que va a haber más actividad. Se echaba un poco de menos. Los pelotaris estamos muy contentos por ello.

¿Cómo gestionó emocionalmente el contratiempo de la lesión?

—Para esas cosas soy echado para adelante. Sabía que tenía que pasar por el quirófano; así que cuando me eliminaron del mano a mano le dije al médico de la empresa que quería mirarme la zona. Víctor Galán me comentó que tenía que abrir y operarme. Lo asimilé bien. Sabía desde hacía tiempo que tenía que hacerlo, pero no encontraba el momento.

¿Le estaba dando guerra en los partidos?

—No. En las últimas semanas se me dormía en la parte de la punta y se me quedaba un poco blanco por problemas de circulación. A la hora de jugar no ha sido ninguna excusa. La cuestión es que si no extirpaban el nódulo, iba a acarrear molestias. Estaba inflamado y tenía mala pinta.

Además, durante el Manomanista tuvo serios problemas con un punto en la mano izquierda, localizado en el tendón de debajo del primer dedo. ¿Cómo está la zona tras el descanso?

—Ha sido un año bastante difícil para mí de manos. Sufrí bastante durante el Manomanista. He tomado masajes, pero, debido a la intervención, no he podido ir a hacer manos al frontón. Tengo la mano blanda y se tiene que hacer. Cuando se vayan las molestias, empezaré a pelotear un poco y mejoraré mucho.

Su primer compromiso en la cartelera está fijado el viernes de la semana próxima en Urrestilla. ¿Temprano para usted?

—Sí. Creo al 90% que no voy a poder estar en ese partido. Al final, no sé cómo me va a reaccionar el dedo en los próximos días. Ahora mismo no tengo movilidad y necesito entrenar.

¿Existe la posibilidad de una variación de fechas para entrar en el Cuatro y Medio de San Fermín?

—Aspe me comunicó que había la opción de cambiar la eliminatoria del 17 al 24 de junio. Veremos qué sucede. No estoy pensando en la vuelta, solo se me pasa por la cabeza recuperarme. Antes de vestirme de blanco, tengo que ejercitarme sin molestias. Entonces, pondré una fecha.

Lo más importante es recuperarse bien, porque el verano es largo.

—Salir antes de tiempo es peor para todos, tanto para mí como para la empresa y el aficionado. Si piensas a corto plazo, puedes fastidiarte y estar otro mes parado. Lo mejor para todos es recuperarme al cien por cien.

No puede hacer trabajo de frontón, pero el físico no lo ha descuidado. No está de vacaciones.

—Desde que regresé de viaje, he vuelto a retomar la rutina con el entrenador. Tengo tareas. Estoy cogiendo el tono poco a poco. Antes de salir a jugar, tienes que estar bien físicamente. Si no haces ahora, luego lo pagas.

Se avecina un verano bastante parecido a los anteriores a la pandemia. ¿Ilusionado?

—La verdad es que sí. He podido vivir veranos muy bonitos, pero los dos últimos han sido bastante tristes. Es una época que disfruto mucho. Hay partidos bonitos, mucha gente, localidades muy pelotazales... Da gusto.

El 29 de mayo terminó la temporada regular. ¿Qué balance hace?

—Me gusta hacer balance ahora, en junio. Con los resultados estoy supercontento. Quizás me queda la espinita de la semifinal del Manomanista. Me quedo con que he dado todo lo que tenía dentro. He tenido dificultades, como todos, y he tirado para adelante. El mano a mano tal vez sea el campeonato más importante y me hubiera gustado jugar la final, pero estoy orgulloso de lo logrado.