El Helvetia Anaitasuna encajó ayer una dolorosa derrota en la pista de un rival directo por la permanencia, el Recoletas Atlético Valladolid, que ganó con solvencia al conjunto navarro para tomar oxígeno y recuperar sensaciones, mientras que el cuadro de Quique Domínguez ve reducida a sólo dos puntos su renta sobre el puesto de promoción de permanencia en Liga Asobal, mientra que la que tiene con la zona de descenso sigue siendo de cuatro.

Aunque el Helvetia controló los primeros minutos de juego, terminó quedando a merced de los locales, entre los que volvió a brillar el portero César Pérez, con 18 paradas.

Había en juego mucho más que dos puntos. En el caso del cuadro local, se trataba de una final, la primera de cinco, y en casa, aumentaba la obligación de ganar para el Recoletas, sobre todo, tras la última derrota ante Guadalajara, que le dejó muy tocado. Y esos nervios se trasladaron a la cancha en los inicios del encuentro. Balones perdidos y mala selección de tiro, lo que fue aprovechado por un Anaitasuna más tranquilo y seguro en sus transiciones para controlar el marcador (3-5).

Recoletas Valladolid 30

Helvetia Anaitasuna 22

RECOLETAS ATLÉTICO VALLADOLID César Pérez (Lamariano, ps), Oriol Blanco (2), Álvaro Martínez (6), Pedro Martínez, Camino (2), De Toledo (2), Dimitrievski (8, 5p), Borja Méndez (2), Herrero (1), Freitas (5), Rosell y Dimitrievski (2).

HELVETIA ANAITASUNA Bar (Cancio, ps); Gastón, Ganuza (7), Meoki (3), Aitor García, Pereira (5), Joao Pinto, Bazán (2, 1p), Castro, Elustondo (3), Redondo (2) y Goñi.

Marcador cada cinco minutos 1-2, 3-5, 6-7, 9-7, 12-8 y 14-9 (descanso); 17-13, 20-16, 24-18, 25-19, 27-20 y 30-22.

Árbitros Raúl Escola Pérez y Oriol Álvarez Boixaderas (Comité catalán). Excluyeron a Herrero (m.25), Dimitrievski (m.31), Pedro Martínez (m.32) y De Toledo (m.38), por parte del Recoletas Atlético Valladolid; y a Pereira (m.4), Elustondo (m.18) y Bar (m.56), por parte del Helvetia Anaitasuna.

Pabellón Huerta del Rey. 1.612 espectadores.

A los vallisoletanos les costó romper la férrea defensa visitante, pero la afición empezó a empujar, consciente de la importancia de sumar, y eso les dio alas para crecer. Aumentaron la intensidad defensiva, con un gran César Pérez en la portería, y engrasaron la maquinaria en ataque. Así, de manera paulatina, fueron remontando, para modificar el devenir del encuentro, merced a esa mejoría en su área y al acierto de Freitas desde el exterior. Aunque el técnico visitante, Quique Domínguez, pidió un tiempo muerto de cara a recortar diferencias, no halló ideas para frenar el empuje de los gladiadores azules.

Con un 14-9 en el electrónico, gracias a un último gol desde la línea de siete metros de Dimitrievski, se llegó al descanso, una renta que no paró de crecer en la segunda parte del encuentro hasta el 30-22 final.