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Los dos oros de Baztan

El futbolista elizondarra Jon Pacheco vuelve a casa con el oro olímpico repitiendo, 32 años después, la hazaña de Teresa Motos en los Juegos Olímpicos de Barcelona

Los dos oros de BaztanOndikol

Jon Pacheco y Teresa Motos tienen dos cosas en común: son baztandarras y han alcanzado la gloria olímpica. Teresa Motos, medallista de oro en hockey sobre hierba en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, celebra ahora el nuevo triunfo olímpico para Baztan. El futbolista Jon Pacheco, por su parte, acaba de regresar de los Juegos de París con una medalla de oro tras la victoria de la selección española ante Francia en la final por 3-5.

Así, 32 años después, Jon Pacheco ha logrado una segunda medalla de oro para Baztan. Aprovechando esta especial ocasión, DIARIO DE NOTICIAS ha reunido a los dos en el campo de fútbol de Giltxaurdi en el que el joven futbolista dio sus primeros pasos.

“La experiencia de vivir unos Juegos Olímpicos ha sido inolvidable. El haber estado ahí y haber podido convivir con otros deportistas ha sido una experiencia única que no se suele dar en el mundo del fútbol. Y ganar el oro, la guinda del pastel”, explicaba Pacheco después de atender a todos los que se acercaban para felicitarlo por su reciente logro.

Jon Pacheco Dozagarat con su medalla de Oro en el campo de Giltxaurdi en Elizondo donde comenzó todo.

Motos lo corroboraba: “Yo creo que una de las metas que tiene cualquier deportista es poder llegar a unos Juegos Olímpicos. Porque sí, es la guinda del pastel. Hay Mundiales, hay Europeos, hay muchísimos torneos…pero el ambiente que se genera en unos Juegos Olímpicos con todos los deportes, todos los continentes representados, todos los países… Bueno, eso es algo que lo vives muy intensamente. El ambiente que hay en la Villa Olímpica y la competición… es una maravilla”.

“Viéndole a Jon, es que lo he revivido. Es muy emocionante porque te pones en la piel de los que están ahí”, añadía Motos dirigiéndose a Pacheco. “Es inolvidable. Una vez que se juega en unas Olimpiadas eso es para toda la vida, se queda ahí. Eres olímpico y es una experiencia que te marca tanto a nivel personal como a nivel deportivo y se te queda siempre dentro”.

“Nosotros creo que todavía no somos conscientes” le respondía Pacheco. “Yo creo que cuando pase un poco más de tiempo igual valoraremos el hecho de haber estado ahí. Porque al final estás como en una burbuja y tampoco te enteras mucho”. Y no es para menos, porque tras llegar el domingo a las 4.00 de la mañana a Madrid, el lunes ya estaba de nuevo entrenando con la Real Sociedad en Donosti.

Motos lo sabe muy bien. “Yo ese proceso ya lo he pasado. Cuando estás ahí estás en una nube, cuando subes al podio estás flotando… Quieres quedarte con cada momento, pero es todo tan rápido, tantas emociones, tantas sensaciones… Pero luego lo irás viendo, cuando pasan los años es cuando empiezas realmente a valorar lo que has hecho, lo que disfrutaste, lo que viviste”.

El futbolista admite que pelear por las medallas era desde el principio un objetivo real. “El objetivo era el oro. Íbamos a por todas”. Aun así, era consciente de que “siempre pueden pasar mil cosas y te puedes quedar fuera”. Desde la experiencia Motos añadía que “hay muchos factores” y resaltaba la importancia de “valorar a la gente el esfuerzo que hace para estar ahí. Todos los que hemos hecho deporte lo sabemos: te pueden salir las cosas bien o puedes tener un mal día”.

Además de la motivación que supone jugar en unos Juegos Olímpicos, el joven elizondarra contó con una fuerza “extra”, porque en todos los partidos tuvo a amigos y familiares animando desde las gradas. “Ellos también son parte de esto. Si yo estoy aquí, también es gracias a ellos”.

Hubo también mucha gente que, aunque no los pudiese ver en vivo y en directo, no se perdió ni un solo partido. Entre ellos, Teresa Motos. “Tenías a todo el mundo en tensión, todo el mundo estaba pendiente de ti”, le comentaba entusiasmada a Pacheco. “La final fue muy épica, fue muy bonita porque hubo como dos partes y participásteis todos”, opinaba. “Fue todo como un sueño, que parece mentira” afirmaba Pacheco.

Teresa Motos Izeta con su medalla de Oro en Barcelona 92 y el stick de hockey hierba.

Otro de los factores que resalta el futbolista es el buen ambiente que se creó dentro del equipo. “Eso nos vino muy bien, y yo creo que parte del oro es por eso”, aclaraba.

Por un momento, Teresa Motos echaba la vista atrás. “Cuando eras pequeñito solías estar aquí todo el día jugando”, recordaba. Y es que el hijo de Motos era uno de los que se pasaba horas y horas en el campo de Giltxaurdi corriendo tras el balón junto a Pacheco. “Eras un niño que te metías entre el resto, que te sacaban una cabeza. Y nosotros, que nos fijábamos mucho y que nos gusta, decíamos: Pero ¡qué bueno es este niño! Y les decíamos a tus padres… Es que eras buenísimo, jugabas con un desparpajo… Se te veía que tenías un potencial muy bueno”.

“Qué va, qué va…” negaba humildemente y entre risas el futbolista. “Pero sí que creo que eso me ha venido muy bien, el jugar siempre con mayores. Te tienes que hacer al nivel que hay”, comentaba mientras nostálgicamente se le escapaba un: “¡Jo! La de horas que habré metido aquí…”.

“Hombre, Si estabais todo el día aquí... Bueno, estábamos”, reafirmaba entre risas Motos. Porque, aunque a sus 23 años ya lleve 11 en la Real Sociedad, Jon Pacheco estuvo jugando en el equipo de Baztan hasta infantil.

En cuanto a sus próximos objetivos se encuentran jugar todo lo que pueda, “coger más minutos, más partidos, más todo. Ir mejorando poco a poco, ir ganando experiencia e ir mejorando”.

La medalla de oro de París, de Jon Pacheco.

¿Si habrá que esperar otros 32 años para que una nueva medalla llegue a Baztan? “Nunca se sabe”, responde Motos. “Si hay alguien que le gusta un deporte y lo empieza a practicar lo que tiene que hacer es disfrutar, pasárselo bien. Todo lo que vaya viniendo después, que vayas mejorando, que en el camino se te presente la oportunidad… Pues es algo que puede pasar. Ya nos ves a nosotros, somos dos personas normales. Puede pasar, pero tienen que darse las circunstancias. La gente que hace deporte ya está en el camino. Luego que se llegue o no, eso es otra cosa. Al final, lo que venga, pues es como un regalo”. “Ojalá vengan más medallas”, decía Pacheco mientras le daba la razón a Motos añadiendo que “lo importante siempre es estar disfrutando”.

La medalla de Oro de Teresa Motos en Barcelona.