La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Pamplona ha puesto en marcha una iniciativa donde el deporte sirve como puente de integración social entre el alumnado migrante, en su mayoría procedente de Marruecos, Argelia, Brasil, Ucrania y Francia. El objetivo es fomentar la convivencia, el aprendizaje del idioma y la integración a través del juego y trabajo en equipo.
“Llevamos tres años trabajando con población migrante en el aprendizaje del castellano, pero queríamos ir más allá”, explicó María Cardero, responsable de Comunicación y Coordinadora de Extensión Universitaria de UNED Pamplona, e impulsora del proyecto. “El deporte nos parecía un vehículo de integración ideal, y por eso contactamos con la Federación Navarra de Fútbol (FNF), que desde el primer momento mostró su disposición a colaborar”, indicó Cardero.
Así ha nacido un equipo de fútbol sala que entrena los jueves, de 13.00 a 14.00 horas, en el polideportivo de Arrosadía. Al frente del equipo está Javier Eseverri, histórico jugador de Osasuna Magna Xota y de la selección nacional, que en la actualidad coordina las secciones de fútbol sala de la FNF. El ahora técnico aseguró que la respuesta ha sido positiva tras la primera sesión del 30 de octubre: “En la primera sesión tuvimos 20 personas apuntadas y la experiencia fue muy buena. Es gente con muchas ganas de aprender e integrarse”. 17 de ellos son alumnos del programa de Competencias Básicas de Población Migrante y 3 estudiantes de grado de la UNED.
El proyecto forma parte del programa que se enfoca en que personas migrantes mejoren su dominio del castellano. Según Cardero la idea es complementar las clases con actividades prácticas que favorezcan la inmersión en la sociedad navarra. “No queríamos que todo se limitara al aula. Además de excursiones culturales, este año hemos incorporado el deporte, y la acogida ha sido excelente”, apuntó María Cardero.
Aunque el fútbol sala no era la primera opción, resultó ser la más viable. “En principio pensamos en fútbol, pero no encontramos instalaciones disponibles”, explica la impulsora, que también dijo que “desde la Federación Navarra de Fútbol nos ofrecieron la posibilidad de hacerlo en sala y así arrancamos”. La colaboración con Eseverri reconoció que fue una “sorpresa muy grata. No imaginábamos que él se pondría al frente, y tener a una figura de su experiencia es un lujo”.
Eseverri, por su parte, subraya el poder del deporte como lenguaje universal: “El fútbol es un deporte de integración mundial. No importa de dónde vengas ni el idioma que hables, en el campo se entienden todos”. Su experiencia previa con menores no acompañados, durante este pasado verano, y en proyectos con mujeres en riesgo de vulnerabilidad le ha permitido comprobar de primera mano cómo el deporte “rompe barreras y crea comunidad”, dijo.
La participación conjunta es una parte especial del proyecto: “Queremos que la integración sea real, no algo simbólico. Que compartan entrenamientos, experiencias y tiempo libre”, recalcó.
Por ahora, los entrenamientos semanales se extenderán hasta el 11 de diciembre, coincidiendo con el final del primer cuatrimestre del curso. Si la experiencia funciona, el objetivo es darle continuidad a partir de febrero. “Si los entrenamientos van bien y hay compromiso, lo lógico sería seguir adelante”, comentó la profesora. Por su parte, Javier Eseverri compartió el mismo pensamiento: “Estamos abiertos a que en el futuro se consolide como un equipo estable”. Además Eseverri reflexionó sobre que los alumnos “llegan con ilusión, con ganas de encontrar su sitio y formar parte de la comunidad y el deporte les ayuda a hacerlo”.
La iniciativa también podría ampliarse a otras disciplinas deportivas o incluso a la participación femenina. “De momento solo participan hombres, porque muchas mujeres del programa están en un taller sobre derechos de las mujeres, pero si todo marcha bien, podríamos incluirlas”, adelantó Cardero.