el cambio de imagen al que ha tenido que someterse el San Antonio por las vicisitudes económicas ha dejado una plantilla remozada. En teoría, esto se debería notar en frescura, ilusión, ganas y electricidad sobre la cancha. Pero esta juventud también se traduce en menos tablas sobre la pista y también en menos kilos, algo fundamental en un deporte tan físico como el balonmano. A falta de algo menos de un mes para el inicio liguero, el club trabaja contrarreloj para pulir, en la medida de lo posible, este aspecto.

Aritz Altadill es el encargado de poner a punto a los antonianos. El preparador físico del club advierte de que en apenas un mes de pretemporada no se pueden lograr milagros. "En principio, el objetivo principal es ganar fuerza y coger algo de peso, más o menos dependiendo de la posición. La fuerza es un aspecto que se mejora con relativa facilidad, se nota pronto, pero coger peso en músculo cuesta más. Hace falta tiempo", explica.

El joven serbio David Rasic representa en cierto modo esta carencia de los jugadores más jóvenes del equipo. Este espigado lateral de ataque, del que hablan maravillas, roza los dos metros (1,99 metros), pero sobre la báscula no llega a los 90 kilos. El propio Juanto Apezetxea resaltaba este aspecto esta semana en rueda de prensa: "Tenemos algún jugador con menos de 90 kilos que cuando venga algún brutote se resentirá y sufriremos en defensa". Probablemente el técnico navarro pensaría en jugadores del perfil de Rasic chocando con muros tipo Didier Dinart, Marco Oneto o Julen Aguinagalde, 20 kilos más pesados.

Por eso, teniendo en cuenta que los cuatro laterales de ataque del equipo tienen menos de 24 años y, salvo en el caso Vasko Sevaljevic, el chasis aún sin fortalecer al nivel de la élite, y que la situación en la posición de central es similar, la primera línea tiene prioridad. Los jugadores que conformen el centro de la defensa serán los siguientes en la lista de Altadill. "Hay que ganar algunos kilos entre los jugadores de primera línea y trabajar la explosividad. Además, queremos que los jugadores de la defensa ganen fuerza y masa muscular", destaca el preparador físico del equipo.

Sin embargo, la explosividad y velocidad de jóvenes jugadores tipo Mindegia o el propio Rasic son prestaciones impagables que obligan al cuerpo técnico a hilar muy fino. "Si a Rasic, por ejemplo, le quitas el nervio lo matas como jugador. Este equipo tiene cualidades que hay que preservar al tiempo que se mejoran otras. Con los que necesitan explosividad buscamos trabajar los ejercicios a la máxima velocidad. Con los que queremos que ganen más peso buscamos el agotamiento para fatigar el músculo y que luego con el descanso se cree el estímulo que lo haga crecer".

Con ese horizonte, la comida es otra parte fundamental en la preparación del equipo. "Básicamente estamos tratando de que se acostumbren a ciertos hábitos. Queremos que vengan desayunados, que se hidraten bien, al ser doble sesión tienen que comer pasta o algo similar, tienen que ingerir proteínas... Hay que inculcarles pautas de alimentación lo más efectivas posible para lograr nuestros objetivos", explica Altadill.

Con el inicio liguero encima, es impensable que el San Antonio llegué al 11 de septiembre con la consistencia física de otros equipos. Pero, según dice Altadill, los resultados irán llegando.