donostia - Bélgica. Meca del ciclismo. Tierra del campeonísimo Eddy Merckx. Tierra de clasicómanos. Tierra de velocistas. Tierra de relevos siempre asegurados, al menos en lo que respecta al deporte de las dos ruedas. 2019 estaba siendo el año de la ilusión en el país. Ilusión por Remco Evenepoel. Ilusión por Wout Van Aert. E ilusión también por Bjorg Lambrecht, cuya vida encontró ayer su punto final en las carreteras polacas, durante la tercera etapa de la vuelta local. La carrera empezó bajo el sol y terminó también con el cielo despejado. Pero, mediada la misma, un impresionante aguacero dejó el asfalto impracticable, provocando numerosas caídas. Una de ellas hizo que Bégica despertara de golpe de su sueño ciclista.

Lambrecht tenía 22 años, y vivía la segunda temporada en el Lotto Soudal, campaña que apuntaba a la de su confirmación. En 2018 se estrenó en el World Tour dejando solo detalles de lo que prometía. Y es que venía de ser segundo en el Tour del Porvenir 2017 tras Egan Bernal (el colombiano es de su quinta, 1997). El foco ya le alumbraba. Pero él se limitó a estrenarse en la elite, brillando luego, eso sí, en el Mundial sub-23 de Innsbruck (medalla de plata). Las cosas cambiaron desde un principio en la presente campaña, con la Itzulia como primera gran aparición de la promesa belga. Fue segundo en el muro navarro de Gorraiz tras Julian Alaphilippe.

La víspera, apenas un minuto después de concluir la crono inicial de Zumarraga, aún jadeando, había advertido de sus intenciones a NOTICIAS DE GIPUZKOA. “Me encuentro muy bien, mucho mejor que en la Volta a Catalunya. Me gustaría intentar algo en algún final de etapa. ¿La temporada en su conjunto? El objetivo está en llegar en gran forma a la Vuelta a España”, indicó Lambrecht, recién iniciada su segunda participación en la ronda vasca. “Ya estuve aquí el año pasado y la carrera me encantó. Esta afición es, junto a la belga, la mejor del mundo. En sus subidas te sientes como en el Tour de Flandes, como en el Kwaremont”.

A su buena Itzulia, Bjorg agregó, un par de semanas después, una sexta plaza en la Amstel Gold Race y una cuarta en la Flecha Valona. Así que la cosa prometía de cara a la recta final del año, un sprint hacia la Vuelta que comenzaba para el chaval en el presente Tour de Polonia. En declaraciones efectuadas al portal Cyclingnews, había asegurado el domingo sentirse bien tras una concentración en altura. “Ganar una etapa y completar una buena clasificación general supondría un gran balance para mí”.

Sin embargo, todas las perspectivas de futuro de Lambrecht se truncaron ayer, mediado el recorrido de la tercera jornada. Al parecer, instantes antes de la fatal caída, que se produjo en un tramo llano, el ciclista levantó el brazo solicitando asistencia, aunque no llegó a saberse qué necesitaba. “Le hemos realizado in situ un masaje cardíaco, al tiempo que hemos llamado a un helicóptero para llevarle al hospital. Pero su estado era tan crítico que desaconsejaba transportarle así. En la ambulancia hemos seguido con las maniobras de reanimación. El fallecimiento se ha producido durante la operación que le estábamos realizando, ya en el centro”, declaró el doctor de la prueba, Ryszard Wisniewski. Por su parte, el director de la carrera, Czeslaw Lang, explicó que la organización tuvo conocimiento de la trágica noticia justo tras la finalización de la etapa, y que por ello esta se disputó íntegra.