Cuando crees que ya es difícil reírte más de las cosas que pasan en el fútbol patrio, aparece Javier Tebas y anuncia a bombo y platillo que a partir de febrero los horarios de los partidos se fijarán con “un software de inteligencia artificial”. Está claro que a Tebas, que tiene toda la pinta de llamarle computadoras a los ordenadores y emilios a los e-mails, le han vendido bien la burra. Tan bien que confunde un programa -por complejo que sea, que dudamos que lo sea mucho- con la inteligencia artificial, que son palabras mayores. Y eso en cuanto a la boutade, porque luego viene la segunda parte: qué bien les va a venir a Tebas y a la Liga, para evitar polémicas con los clubes y los aficionados, poder echarle a ese programita la culpa de la porquería de horarios que sufren muchos clubes -bueno, en realidad, los modestos-. Ahí, en su arte para escurrir el bulto, sí que nos quitamos el sombrero ante la inteligencia de Tebas. La suya propia.