pamplona - El otro protagonista de aquel partido en Zaragoza fue Severiano Goiburu. El delantero pamplonés era la estrella de Osasuna; ya había debutado como internacional con España y solo tres meses después marcaría un gol en la histórica victoria sobre Inglaterra que le abrió la puerta del salón de las leyendas.

Con 22 años, su presencia suponía una garantía para el equipo y un gancho para atraer al campo a los aficionados rivales cuando Osasuna jugaba fuera: le esperaban con auténtica expectación. Esa condición de futbolista genial y desequilibrante le granjeaba simpatías de todo el mundo menos de los defensas contrarios. En Zaragoza, el golpe que recibió al poco del inició le eliminó de ese partido y lo mantuvo inactivo varias semanas.

En las vísperas del estreno en Zaragoza corrió una noticia propia de las actuales fake news. Un periódico publicó que el directivo del Real Madrid Sánchez Coronas, desplazado a Pamplona para intentar fichar al futbolista, estuvo a punto de ser linchado por una turba de aficionados rojillos que no querían perder a su mejor futbolista y le esperaban a la puerta del hotel. La Voz de Navarra no se cortó al calificar a los directivos merengues como los “malandrines del Madrid”. Sánchez Coronas desmintió categóricamente el intento de agresión.

En realidad, la postura más severa era la de los padres del futbolista, disgustados, se decía en la ciudad, porque el chico tenía abandonados los estudios por el fútbol.

Codiciado también por el Athletic, Goiburu fichó por el Barcelona en julio de ese mismo año. - F.M.