El documental Sunderland ‘Til i die (Del Sundeland hasta la muerte) estrenado por la plataforma Netflix en 2018 puso de moda el club inglés. Quien quería comprender qué significa ser del Sunderland, pudo hacerlo gracias a una serie que sin embargo era dramática al relatar cómo este histórico club del noreste de Inglaterra pasó en dos años de jugar en la Premier League a militar en la tercera categoría del fútbol inglés. Los héroes eran villanos en esta producción, que sin embargo caló en los corazones de los amantes del fútbol, que de algún modo se sintieron identificados con el vínculo existente entre una entidad y su afición. Porque en este deporte, al fin y al cabo, existen muchos Sunderlands, entre los que subyace un lema: juntos, para lo bueno y para lo malo.
El trágico segundo descenso ocurrió en 2018. El Sunderland permaneció cuatro temporadas en la League One, donde estableció un nuevo récord de asistencia en tercera división al reunir a 46.039 espectadores en el Stadium of Light. En 2022 consumó el retorno a la segunda categoría, la Championship League, donde permaneció tras tres campañas hasta que el pasado curso recuperó una posición en la Premier League. La memoria del Sunderland, fundado hace 147 años, es el reflejo de los vaivenes de la historia: gloria, crisis, quiebras, ventas… Nada que pueda enterrar la pasión.
Poco después de que el fútbol profesional se instalase en Inglaterra en 1885, el Sunderland amasó la mayor parte de sus trofeos. En sus vitrinas figuran seis títulos de liga (1892, 1893, 1895, 1902, 1913 y 1936) –solo le superan Liverpool, Manchester United, Arsenal, Manchester City, Everton y Aston Villa–, dos FA Cup (1937 y 1973) y una Community Shield (1936). Es decir, sus mayores éxitos se remontan a hace casi un centenario, cuando el Sevilla heredó los colores del club inglés debido a que su presidente, Edward Farquharson Johnston, y su primer capitán, Hugh MacColl, provenían de la ciudad inglesa. Aún no eran conocidos como The Black Cats, porque este apodo se formalizó en el 2000 en honor a un gato negro que vivía en el estadio Roker Park, hogar del Sunderland durante 99 años hasta 1997, y era alimentado por trabajadores del club. Era la mascota.
Ahora The Black Cats caminan por la Premier como símbolo de la mala fortuna para quien se cruza en su camino. El Sunderland es la gran revelación del campeonato. Ocupa la cuarta posición, con 17 puntos tras 9 jornadas, y persigue romper la dinámica que amenaza a los recién ascendidos, que durante las dos últimas temporadas no han logrado sobrevivir a al descenso; algo que solo había sucedido en una ocasión (1998) desde la implantación de la denominación de Premier League en 1992.
Dos temporadas con recién ascendidos dejando la categoría
Luton, Burnley, Sheffield United, Leicester, Ipswitch y Southampton fueron incapaces de sostener el pulso de la máxima división, lo que ha hecho que en Inglaterra germine el debate sobre la posible apertura de una brecha entre la primera y la segunda categoría. Porque cuanto más tiempo permanezcan los otros diecisiete clubes en la Premier, mayor será la diferencia presupuestaria provocada por el reparto de los derechos de televisión. El ascenso reporta unas ganancias cercanas a los 200 millones de euros, mientras que la permanencia deja aproximadamente 150. En la Championship la media es de unos 30.
La temporada pasada, Leicester (25 puntos), Ipswitch (22) y Southampton (12) reunieron 59 puntos entre los tres. El último salvado, el Tottenham, finalizó con 38. Leicester y Southampton certificaron sus descensos a siete jornadas de la conclusión, mientras que el Ipswitch lo hizo a cuatro del final. Esta campaña, Sunderland, Leeds y Burnley suman 38 puntos, y ninguno de los tres ocupa a estas alturas puestos de descenso. Pero la sensación son Los Gatos Negros que dirige el técnico francés Régis Le Bris, reclutado en 2024 siendo compatriota del máximo accionista del club, Kyril Louis-Dreyfus, que en 2021 se convirtió en nuevo propietario y presidente.
Cabe apuntar que el Sunderland ha gozado de un calendario amable hasta el momento. Solo se ha enfrentado a un equipo que estaba situado en la mitad superior de la clasificación. Cuenta con cinco victorias: West Ham (3-0), Brentford (2-1), Nottingham Forest (1-0), Wolverhampton (2-0) y Chelsea (1-2); dos empates: Crystal Palace (0-0) y Aston Villa (1-1); dos derrotas: Burnley (2-0) y Manchester United (2-0).
188 millones en trece jugadores
La inversión de 188 millones de euros del pasado verano en trece jugadores no se puede omitir en los resultados; si bien, también ingresó 51 en ventas, donde destaca la de Jobe Bellingham al Borussia Dortmund por 30 millones. Los refuerzos se caracterizan por su fortaleza física. Habib Diarra, Simon Adingra, Enzo Le Fée, Brian Brobbey, Chemsdine Tabi, Noah Sadiki, Granit Xhaka, Nordi Mukiele, Omar Alderete, Robin Roefs o Reinildo Mandava han cambiado la cara al equipo. Le Bris ha sabido introducir esta oleada de cambios sin modificar el sistema de juego, basado en atraer a los rivales para saltar al contragolpe con potencia y profundidad.
Es probable que acuse el próximo tramo del calendario y también las bajas que sufrirá durante la Copa de África, adonde se espera que acudan hasta siete jugadores. Si bien, cuando apenas ha transcurrido un cuarto de la competición, tiene casi la mitad del trabajo hecho para alcanzar el objetivo. Los resultados del Sunderland trascienden del club. Son la esperanza de la clase humilde. Muestran que un recién ascendido puede recrearse en la Premier y acercar la permanencia de manera insospechada, lo cual es crucial por otra parte para la estructura piramidal del fútbol. Es la prueba de que la pasión nunca muere.