competición - Como pedía su entrenador, los rojillos dejaron la ansiedad en el vestuario. Jugaron con mucho temple y cabeza, sin acelerarse pero acelerando cuando el tiempo de partido lo reclamaba. Ante esto, el Alba no pudo lucir ni sus mejores armas ni a sus mejores jugadores. El segundo en la clasificación no tiró entre los tres palos y dejó inédito a un Rubén Martínez que solo ha recibido un gol en los ocho últimos compromisos en El Sadar.