Pamplona - Si alguien ve una figura corriendo a toda velocidad por Gorraiz cuando casi no ha amanecido, tiene muchas opciones de ser Braulio. El director deportivo tiene una faceta personal que intenta cuidar y mezclar con su trabajo encargado de la parcela deportiva de Osasuna.

Además de director deportivo, es padre de un jugador prometedor de la cantera del Valencia, cubre unos cuantos perfiles ya en esto del fútbol.

-Soy padre de jugador y muchas veces entiendo a los padres, pero también tengo la suerte de tener la visión de club. En muchas ocasiones mi mujer me dice algo y le contesto: “Es que el club piensa esto”. En mi caso, soy muy exigente con mi hijo, a veces peco de demasiado.

¿Cuáles son sus hobbies?

-A veces mi mujer me dice que soy muy triste ya que hacemos las vacaciones según donde juegue Osasuna o donde haya partidos. Pero sobre todo mis hobbies son mis hijos. El mayor está ya en la adolescencia pero el pequeño me hace olvidar todo.

¿Le ha dado tiempo a conocer algo de Navarra?

-Lo que hago es que en pretemporada Santi Zuza (director de comunicación del club) me lleva a comer a restaurantes de la geografía navarra. Con una buena sobremesa.

¿Hace algo que le sirva para desconectar?

-Voy a correr por Gorraiz, a las 7.00 horas. Luego me voy a desayunar al Panadero. Pero sobre todo correr, ya que me da mucha energía para comenzar el día.

¿Un deseo para la próxima temporada?

-Mantenerse en Primera. Como dice el presidente: quedar el 17. Eso sería asentar el futuro del club, con estadio nuevo. Sería importantísimo para el futuro. Tenemos que salvar este año. Además, no queremos perder la conexión con la grada. Además, si se consigue eso, será más fácil la salvación. - J.G.U.