PAMPLONA - Andrea López tuvo un día movido en su debut como árbitra de la Preferente navarra. La colegiada se convertía en la primera en pitar en esta categoría en la Comunidad Foral, aunque en este nivel ya han debutado mujeres en otras comunidades autónomas. El escenario, el Colegio Luis Amigó para un Amigó-Lagunak B. Pese a su temprana edad -18 años-, López contaba ya con experiencia en divisiones inferiores masculinas, desde juveniles. No estaba sola, pues se encontraba acompañada por linieres también mujeres: Lidia Morales y Jackeline Rosmery. Reconocieron después del partido que no ha sido una semana normal, sobre todo “por verse en los periódicos”. También se refirió a esto Rafael del Amo, el presidente de la Federación Navarra. “Estamos contentos con ellas, y queremos atraer a más chicas para que se animen”, explicó el máximo mandatario del fútbol navarro antes del encuentro.

Como todo partido de división regional, el choque no ofreció mucha tranquilidad, sobre todo por el lado local. El hecho de que fuese el Lagunak B el que se adelantase en el marcador no ayudó a que el partido se calmase. Eso sí, la primera parte transcurrió sin mayor problema y sin diferencia alguna: protestas tímidas sueltas, pero sin ir a más.

Fue en el segundo tiempo cuando el partido pasó a otra dimensión para López. El Amigó buscaba el empate, lo intentaba con insistencia pero se encontraba con un cuadro visitante que aguantaba bien defensivamente. Esto derivó en varias faltas y encontronazos físicos, que a opinión del Amigó eran juzgados muy parcialmente a favor de los visitantes. Tuvo que empezar a avisar la linier Jackeline Rosmery, que estaba al lado de los cuerpos técnicos. “Vale ya”, advertía al banquillo local.

Pero no pararon las protestas. En ese sentido no se notó diferencia con un partido de Preferente “normal”: el equipo local buscando el empate y unas decisiones arbitrales con las que no estaban de acuerdo. “¡Línea, cada vez que gritan les haces caso!”, exclamaban desde el público y desde el banquillo. Recibieron otra respuesta de la juez de línea: “Tres, cuatro, cinco... vale ya”. De hecho, advirtieron al entrenador del Amigó. “A la próxima te expulsan”, le dijeron en tono irónico, aunque él dejaba claro que le trataba a la árbitra siempre “con respeto”. También se quejaría el Lagunak, aunque más tímidamente. El dorsal ‘7’, de hecho, vio la amarilla por protestar.

Todo ello hasta el momento más tenso del partido. La linier Jackeline Rosmery avisó a López para que amonestase a un miembro del banquillo del Amigó, tras protestas continuas. “¿Pero no puedo protestar normal?”, respondía el integrante del cuerpo técnico. Esta amonestación llevó a más reclamaciones por parte del público, muchas de ellas irreproducibles, pero como suele ocurrir en cualquier partido de categoría regional y en cualquier campo de España. El tanto del empate de la escuadra local relajó los ánimos por un tiempo.

No tardaron mucho en volver a encenderse. El ‘9’ del Amigó vería la segunda amarilla por una presión que acabaría en falta, que la colegiala interpretó como tarjeta. “Ya eres la protagonista”, volvieron a exclamar desde fuera del campo. “La árbitra tiene todo el mérito del mundo, pero una cosa no quita la otra”, añadió otro espectador. Todo ello, sobre la presencia que tuvo en los medios y de la que los aficionados eran conscientes.

La tarde no pudo ser peor para los locales, que vieron como en el último minuto el Lagunak B conseguía llevarse los tres puntos del campo del Amigó. Un pitido final, y a vestuarios. Una vez ahí, López dejó claro que lo ocurrido “no le afectó”, algo propio de la profesión. No iban a hablar del partido, como también lleva impreso el pitar. “Es un encuentro más, se va sumando”, explicó. Su compañera, la linier Lidia Morales, también era clara sobre lo que supone pitar siendo mujer. “Al final, en otros campos nos ha pasado que te atacan porque eres chica”, rememoró. “El ser las tres mujeres hacen que estemos más unidas y hagamos más piña”, añadió Andrea López. “Nuestras familias estaban ilusionadísimas”, añadía en tono de broma Jackeline, la otra juez de línea.

Una tarde que se olía complicada, y que no fue fácil, pero que fue otro paso en el arbitraje navarro. Ya habrá tiempo de marcarse objetivos más altos, como Segunda B, donde mujeres han debutado ya. Por ahora, Preferente se estrenó ayer en este grupo. Que fueran chicas no evitó las complicaciones de la vocación arbitral, que no son pocas.