en los 90, hubo un secretario de Estado para el Deporte/presidente del CSD (ambos cargos van de la mano), Rafael Cortés Elvira, que cogió fama de gafe porque fue a varias finales europeas o mundiales de varios deportes y España perdió en todas ellas. Había deportistas que rezaban para que no fuera a verles? Después llegaron Carlos Sainz, el piloto al que casi siempre le pasaba algo cuando ya iba a ganar, y Sete Por los suelos Gibernau. Ahora tenemos a Tomás Roncero, que cuando da ánimos a algún deportista lo gafa sin remedio. Y el que faltaba es Rafa Hernando. El político del PP ha iniciado una campaña en solitario para demostrarnos que Pedro Sánchez es gafe, y lo último que le atribuye es el incidente del paracaidista colgado de una farola. El gafismo, teoría absolutamente acientífica, tiene un pase para echar unas risas a costa de alguien. Pero cuando se usa en serio, como argumento contra el rival político, se hace el ridículo.