a hace un par de semanas que Daniel Prieto Fortún no tiene partido. Este árbitro de fútbol de Primera Regional está dedicado en cuerpo y alma a su trabajo como auxiliar de enfermería en la UCI pediátrica de Pamplona. Sin embargo, no quiere dejar pasar la ocasión para hacer cumplir las normas esta vez fuera del terreno de juego: que la ciudadanía se quede en casa.

Vive de cerca la alerta sanitaria en el centro hospitalario y mostraría la tarjeta roja a todo el que no sigue las pautas marcadas desde el Servicio de salud. “Hasta ahora no tenemos niños con patologías graves, pero por la extensión del coronavirus se está planteando la posibilidad de que pacientes adultos acaben en la UCI pediátrica si es necesario. Inevitablemente siguen produciéndose accidentes caseros o niños que se atragantan, que se rompen un hueso y otras situaciones más graves, así que cuando llegue el repunte que se espera en esta semana, si la gente no respeta las normas y se queda en casa, podría ser que el hospital no llegara a atender a todos. En mi opinión, la situación más grave sería que se tenga que decidir quién vive y quién muere, como ha pasado en otros países. Eso es muy duro decirlo y muy cruel, pero ya está pasando en otros sitios en los que la gente no se ha tomado en serio el confinamiento”, comenta Daniel Prieto.

Sabe que la mayoría de la gente está confinada en casa, pero lanza una cruzada contra los que todavía incumplen la normativa. “Mi vida se resume en ir a la UCI y volver, y el resto de tiempo estoy en casa. Mandé a mis hijas y a mi mujer al pueblo antes de que se decretara el estado de alarma porque ya se veía lo que estaba pasando. Eso me supone un sacrificio enorme, así que cuando veo que salen dos personas a pasear al perro, como si la cosa no fuera con ellos, y me da rabia. Me dan ganas de llevarlos a la UCI para que vean cómo está sufriendo la gente como consecuencia del coronavirus. Somos uno de los países del mundo con más muertes y todavía hay gente que no se lo toma en serio. No lo entiendo”.

De momento el coronavirus no ha llegado a la UCI pediátrica. “En un principio la sintomatología puede pasar por una gripe, pero si un niño diera positivo, habría que habilitar la zona y el personal que lo atiende debería de estar perfectamente protegido con sus EPI correspondientes. Todavía tenemos material suficiente, pero no sabemos hasta cuándo va a llegar. Intentas racionalizar y utilizarlo cuando se necesita”.

Simplemente pide “sentido común. Que no cunda el pánico, porque esto pasará, pero que cree conciencia. Espero que las medidas de higiene se mantengan y que exista ya para siempre un uso más racional de los materiales. No puede ser que haya gente paseando por la calle con mascarillas de nivel 2 o nivel 3, y un sanitario si llega el caso tenga una mascarilla de papel para trabajar. Si una persona se queda en su casa, no necesita esa mascarilla para ir a comprar”.

En su unidad ningún compañero ha sido contagiado hasta el momento de hacer la entrevista y por ahora cumplen su horario de trabajo. “En otras unidades se han organizado por ejemplo para trabaja en dos turnos de 12 horas en lugar de tres de ocho horas, con el fin de exponer lo menos posible al personal sanitario”.

Es difícil desconectar cuando llega a casa. “Echo de menos a mi mujer y a mis hijas en el pueblo. Tengo una hija de cuatro meses, otra de cinco años y a mi mujer, y, aunque es muy duro volver a casa y estar solo, prefería que ellas no tuvieran ningún riesgo de contagio. El personal sanitario tenemos más riesgo de dar positivo, pero prefiero pasarlo yo a que lo tenga mi familia”.

Y por supuesto que se echa de menos también el arbitraje. “Ahora el único ejercicio que hago es ir y volver andando al trabajo, que lo tengo a diez minutos. Después en casa, algún ejercicio suelto. Y cuando llego a casa después de estar en la UCI prefiero ver vídeos de jugadas de los partidos para ver posicionamiento de los árbitros o indicaciones técnicas de otros compañeros a poner la tele y que estén hablando de coronavirus”.

Se siente respaldado por los aplausos desde los balcones todos los días a las ocho de la tarde, pero pide que el gesto no quede ahí: “Es muy bonito, muy loable, pero no me sirve de nada si el que sale a aplaudir, después no guarda la cuarentena. Se agradece mucho, pero que después también sean consecuentes con su actitud en el día a día. Esto es un maratón y todavía no se ve la meta”. Hasta que las autoridades sanitarias decreten el final, este partido hay que ganarlo entre todos.

Fecha y lugar de nacimiento. 13-6-1987, Barañáin

Profesión. Auxiliar de enfermería.

Trayectoria. Lleva 20 años arbitrando. Jugaba a balonmano y raíz de una lesión empezó a dirigir partidos de fútbol de chavales. A los 16 años hizo el curso de aspirante y empezó en fútbol sala, pero con los años pasó a fútbol campo.

“A los que se saltan las normas los llevaría un día a la UCI para que vean lo que hay allí”

“Cuando llego a casa no quiero ver la tele porque hablan del virus. Me pongo vídeos de arbitraje”

Árbitro de Primera Regional