En un párrafo

ientras las estrellas del deporte de EEUU se mojan cada vez más contra el racismo en su país (y no es para menos), varios deportistas españoles se alinean por aquí con la derecha más rancia, ésa cuyo pensamiento político se reduce a: “Todo gobernante es ilegítimo si no es el mío”. Nada nuevo bajo el sol (o cara a él) ni que moleste mucho, que para esto es la libertad de expresión, para que quien quiera se retrate como lo que es. Pero hay otros aún peores: los equidistantes. Hasta la Biblia les lanza una famosa maldición (eso sí, en esa pedrada lisérgica que es el Apocalipsis): “¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Dice Nadal -mejor deportista español de la historia- que le dan igual “Vox, PP, Podemos, PSOE o Ciudadanos”. Qué queda-bien más divino de la muerte. Y mientras, en EEUU, a los equidistantes entre el Ku-Klux-Klan y los negros los tienen ya bien calados...