urante setenta minutos Osasuna acarició el sueño de pasar a la fase de grupos de la Champions League. Era un hito histórico, un techo que parecía inalcanzable para un equipo modesto. Pero el gol de Carlos Cuéllar, en el minuto 6, ponía en ventaja a los rojillos tras el 0-0 de Hamburgo. Los casi diecinueve mil aficionados que llenaban el entonces Reyno de Navarra, se frotaban los ojos y se mordían las uñas. En el minuto 75, el internacional holandés Nigel de Jong marcaba el tanto del empate: fue el único gol que facturó en aquella temporada. Osasuna y su público apretaron todo lo que pudieron y casi al final Webó estuvo cerca del 2-1. Pasó un 22 de agosto de 2006 y el osasunismo no lo ha olvidado.