- En medio de una mudanza y terminando por asentarse en Rumanía, donde reside desde hace menos de un mes, Isma López (Berriozar, 1990) se muestra ilusionado para afrontar su segunda experiencia futbolística en el extranjero y descubre a Jony, último fichaje de Osasuna, con el que compartió vestuario y protagonismo en la banda izquierda del Sporting que consiguió el ascenso a Primera División en la temporada 2014-2015.

¿Qué tal ha sido el aterrizaje?

-La verdad que bastante mejor de lo que me esperaba. Me ha sorprendido para bien porque venía con dudas, pero la verdad es que estoy muy contento.

La actualidad está marcada diariamente por la pandemia, ¿cómo está Rumanía?

-Es verdad que quizás hay menos casos públicos que en España, pero, sinceramente, no sé si en los medios se le da el mismo tratamiento. Yo aquí veo a la gente un poco despreocupada pero sí que es cierto que en el equipo, que el año pasado tuvo varios positivos, todos hemos dado negativo en las pruebas que nos están haciendo y voy a tocar madera para que siga así porque lo importante no es perderse ningún partido.

¿Por qué decide emprender esta nueva aventura?

-Al principio ha sido una situación un poco difícil, porque no quería volver a salir otra vez. Mi prioridad durante todo el verano ha sido quedarme en España, pero el fútbol no tiene memoria y es cierto que no me terminaba por llegar alguna propuesta que me llenase. Creo que esta situación por la que estamos pasando ha afectado a la hora de que los clubes apuesten por gente con recorrido y un nivel contractual importante y quizás los estén orientados a optar por fichajes en categorías inferiores o chicos jóvenes antes que mirar a gente de mi perfil. Además el último año no tuve suerte con las lesiones, porque se me juntó todo: un apendicitis, una fractura de una costilla en un partido y un edema óseo en el confinamiento, por lo que ha sido el primer año en mi carrera en el que apenas juego. Entonces me llega esta opción y conforme empiezo a preguntar y a informarme me voy animando.

Imagino que esas referencias serán de los jugadores que ya formaban parte del club...

-Hablé con bastantes personas para verlo desde distintos focos. Contacté con Diego Fabbrini, que jugó en Oviedo y teníamos amigos en común, y me dijo que con esta nueva propiedad ya iba notando que estaban orientando todo de manera diferente y eso me animó porque iba en la línea de lo que me había comentado el nuevo propietario, el director deportivo y también el entrenador. También hablé con Tano, que estuvo aquí jugando en el Rapid, a quien le estoy muy agradecido porque me enseñó la zona donde estoy ya viviendo y, aunque se nota que el nivel de vida es muy alto, no tiene nada que envidiar a España.

No es la primera experiencia fuera de casa...

-Cambia un poco la situación porque cuando salí a Chipre, la propiedad era chipriota y, aunque había un director deportivo, un entrenador y varios compañeros que eran españoles, al cabo de dos meses decidieron darle la vuelta a todo porque las cosas no iban bien. Este es un fútbol más pasional y cuando las cosas no van como deberían Chipre es como Grecia o Turquía, es un países complicado. A nivel de vestuario tengo aquí un vestuario mucho más abierto que en Chipre y creo que estamos haciendo mejor las cosas que como las hicimos allá y la sensación es diferente.

En otro vestuario, el del Sporting, coincidió con Jony, el último fichaje de Osasuna.

-Hemos vivido muchos momentos muy importantes. Llegamos ambos al Sporting en un momento difícil porque el club estaba sancionado por temas económicos. El primer año tuvimos un proyecto ambicioso para subir, pero no se dio y se fue gente importante porque ya era el segundo año en Segunda y ya se sabe que cada año que se pasa en esa categoría después de descender, el presupuesto se va reduciendo. Ante esa situación el club se repuso con gente de abajo como Jony, Carlos Castro o Álex Menéndez y se hizo cargo una persona tan importante en Gijón como es Abelardo y se fue creando algo muy bonito que terminó por salvar al club económicamente porque esa temporada incluso viajábamos en autobús la noche del partido. En junio nos llegaron a deber varias mensualidades y fue una temporada en la que si no se hubiera conseguido el ascenso no sé qué habría sido del club. Jony creo que fue el mejor jugador de la categoría o uno de los mejores aquel año y formamos una sociedad que creo que la gente no nos olvidará en mucho tiempo.

La imagen deportiva de Jony los aficionados de Osasuna la conocen de su paso también por el Alavés, pero ¿cómo es en el aspecto humano?

-Yo le veo como una persona muy sencilla. Era una de esas personas que cuando hay que tomar la responsabilidad la toma y siendo la figura de aquel Sporting era uno más, sencillo y muy agradable. He estado en contacto con él últimamente estos días y creo que Osasuna acierta porque, además, en el plano deportivo hay pocos jugadores en Primera que tengan esas características y cada vez existen menos jugadores que tengan ese perfil de extremo. En cuanto al aspecto social creo que va a encajar perfectamente porque sé qué vestuario hay dentro de Osasuna porque he compartido momentos con gente que está ahí dentro y es un vestuario sano y con Jony van a sumar una pieza humana como lo son cualquiera de ellos.

"Mi prioridad era quedarme en España, pero el fútbol no tiene memoria y no terminaba por llegarme una oferta que me llenase"

"Jony es una persona que cuando tiene que tomar una responsabilidad la toma. Además, hay pocos extremos con esas características"