El FC Sheriff Tiraspol sorprendía el miércoles a toda Europa venciendo al Dinamo de Zagreb y logrando clasificarse para la fase de grupos de la champions.

Tiraspol, una ciudad de unos 130.000 habitantes a orillas del río Dniester, es la capital de Transnistria, un territorio del norte de Moldavia autoproclamado república, que ningún estado miembro de la ONU reconoce. Solo Abjasia, Osetia del Sur y Artsaj han reconocido su independencia. Si bien oficialmente forma parte de Moldavia, este territorio tiene su propio gobierno, moneda, policía, ejército y hasta un paso fronterizo.

En 1944, la URSS liberó parte del territorio de lo que era Rumanía de las manos de los nazis, y se fundó la República Soviética de Moldavia, que se independizó en 1989. Sin embargo, no tardó en emerger una oposición a esta en el territorio al este del Dniester y nació un movimiento secesionista que desembocó en la guerra civil de Transnistria, entre el 2 de marzo y el 21 de julio de 1992. Esta no ha acabado ya que ambos territorios jamás firmaron un armisticio, pero sí que se negoció un alto al fuego en el que Transnistria se declaró independiente, aunque nadie la reconoció. Ahora mismo, no tiene una independencia reconocida jurídicamente, pero goza de una independencia de facto.

Moldavia tiene una gran incluencia de Rumanía: se habla el mismo idioma y la bandera tiene los mismos colores. No obstante, en este territorio cercano a Ucrania, la mayoría de la población habla ruso. Es por esto que los habitantes consideraron que seguir perteneciendo a la Unión Soviética era lo mejor.

Transnistria ha quedado congelada en el tiempo. A lo largo de los años, se ha mantenido inalterada la escenografía de la era comunista. Mastodónticos edificios, carteles de propaganda y estatuas y bustos de Lenin son vistas comunes en este lugar. Incluso en la bandera permanecen la hoz y el martillo. Los habitantes del lugar, portando vestuario típico de los años 90, se consideran más cercanos a Moscú, del cual dependen económicamente, que al 'enemigo' Moldavia.

La compañía Sheriff fue fundada en 1997 por Viktor Gushan, un antiguo agente de la KGB. Lo que comenzó como una empresa de seguridad, se fue diversificando hasta convertisrse en un monopolio que controla prácticamente cada aspecto de la vida en Trasnistria, incluido el futbol.

Hay quien se atreve a tildar al monopolio de mafioso, y quien afirma que la fortuna de Gushan proviene del contrabando en el ucraniano puerto de Odesa.

«El dueño lo controla todo en el país. Todo es Sheriff y tienes ojos vigilándote las 24 horas de los siete días de la semana. Tienes que tener cuidado», relató el futbolista australiano Antony Gulac, que jugó 4 meses en el Sheriff. Según este, Gushan pagaba directamente en efectivo a los jugadores, que hacían cola en la puerta de su oficina para recibir el dinero en un sobre. Custodiado por varios guardaespaldas armados, Gushan entregaba los sobres uno por uno. Cuando los resultados no habían sido buenos, el sobre estaba vacío.

El club juega en la Liga moldava, que es la única liga en europa que lo reconoce, y ha ganado 19 de las últimas 21 ediciones. De esta manera, con el equipo emplazado en el Grupo D, en el en los próximos meses Tiraspol recibirá al Real Madrid, al Inter de Milán y al Shakhtar Donetsk.