Los coches son lo que son, meros medios de transporte privado más todo aquello que sean capaces de hacernos sentir. Vistos con mentalidad meramente utilitaria o funcional, se diferencian en poco de cualquier otro artefacto tecnológico de los muchos que nos hacen la vida más cómoda y fácil. Pero contemplados como algo más emocional, creativo, dinámico, divertido e ilusionante, se convierten en objetos de deseo, en máquinas capaces trasladarnos a territorios más allá de lo meramente espacial y que permiten adentrarnos en lo puramente pasional.

En Seat lo han tenido siempre claro, desde aquellos 1430 con motor FU, los 124 Sport o sus deportivos 1200, por citar tres ejemplos que a muchos nos vienen a la cabeza -con buenas dosis de añoranza, hay que reconocerlo-, y que luego en décadas posteriores han visto la luz bajo la denominación Cupra. Estas versiones deportivas de modelos emblemáticos de Seat dejarán de serlo para convertirse en una marca propia dentro del entramado de la casa española. Nace así Cupra, “una nueva marca con identidad propia que estará integrada en la compañía, como máxima expresión de deportividad de Seat, nacida bajo las premisas de originalidad, sofisticación y prestaciones, e ideada para cautivar a un nuevo público de incondicionales del automóvil”, según indican sus máximos responsables.

Es evidente que Seat atraviesa una de sus mejores etapas como marca y empresa, siendo de las que más crece en ventas en Europa, lo que sin duda hace que ahora sea el momento idóneo para lanzar un proyecto como el que representa Cupra, que además englobará toda la división de competición y carreras que antes era responsabilidad de Seat Sport. “Esta apuesta por la artesanía, la pasión, la calidad y la individualización que constituye Cupra, cuyo logo está inspirado en la actitud de las civilizaciones tribales y refleja valores como la pasión, la precisión, la determinación y la valentía, se refleja en el primer modelo de la casa, el Cupra Ateca, un exclusivo SUV que marcará el inicio de una nueva era y es el coche ideal para el despegue de la firma Cupra, ya que destaca por el extraordinario equilibrio entre el placer de conducción deportiva y el confort de uso diario gracias a su amplio habitáculo y a un maletero de grandes dimensiones (485 litros)”. Con su motor de gasolina de dos litros, 300 CV de potencia máxima, 400 Nm de par máximo, 247 km/h de velocidad punta o 5,2 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, un consumo medio homologado de 7,4 litros, tracción integral 4Drive (Haldex), caja de cambios DSG de siete marchas, diferentes modos de conducción, control dinámico del chasis y detalles de diseño exterior e interior específicos (parrilla frontal de nido de abeja, llantas exclusivas de 19 pulgadas, aditamentos aerodinámicos, cuatro salidas de escape, tapizado en Alcántara o asientos superdeportivos, entre otras muchas exquisiteces), está disponible desde 44.900 euros como precio oficial (unos 37.900 euros financiando). Representa además el banderazo de salida para una gama que en breve comenzará a crecer con nuevos ejemplares, entre los que cabe citar la edición especial del Seat León Cupra R ST, un familiar dotado del motor 2.0 TSI de 300 CV, con tracción integral 4Drive y caja DSG, amén de detalles de diseño específicos como sus acabados en color cobre o sus piezas aerodinámicas en fibra de carbono.

Y lo mejor de todo, y ahí radica parte del ingenioso planteamiento de Seat para Cupra, es que será una marca no sólo para usuarios sino también para seguidores y entusiastas, ya que a su división de vehículos de altas prestaciones denominada Garaje se unirá la Racing, para modelos de competición (Cupra TCR y Cupra e-Racer eléctrico), la de Distribución, con 277 concesionarios en todo el mundo y 29 en España, y la de Experience, para aportar a sus clientes la distinción de pertenecer a un club exclusivo.

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