pamplona - En 1996 se proclamó campeón del mundo de karts, en 2005 y 2006 se coronó en la Fórmula 1, y trece años después Fernando Alonso, a sus 37, vuelve a encabezar una categoría del automovilismo. Ayer se convirtió en el rey del Campeonato del Mundo de Resistencia. El monoplaza número 8, del equipo Toyota Gazoo Racing que integran Alonso, el suizo Sebastian Buemi y el japonés Kazuki Nakajima, se adjudicó el título en la octava y última cita del calendario, las 24 Horas de Le Mans, donde también brindó por la victoria.

Alonso y los suyos, a bordo del modelo TS050 Hybrid, necesitaban clasificar entre los siete primeros bólidos de la categoría LMP1, la clase reina del Mundial. “Yo estaba contento y daba por buena la segunda posición, que es la que nos merecimos en la pista y que nos daba el título”, explicó el asturiano. El coche que más tiempo permaneció ocupando el liderato fue el dorsal 7 -Mike Conway, José María Pechito López y Kamui Kobayashi-, máquina que también pertenece a la escudería Toyota Gazoo Racing, la única que a lo largo de la temporada ha disputado las victorias al box de Alonso.

“De repente veíamos que el coche 7 empezaba a ir despacio y fuimos corriendo al box a ver qué pasaba”, proseguía. Resulta que asistió la fortuna. Entiéndase como suerte a esos imponderables que, ajenos a uno mismo, se decantan favorables para dictar un veredicto. “Vimos que tuvieron un doble pinchazo y eso te condena a acabar segundo; entonces, la suerte esta vez ha estado de nuestro lado. Igual compramos un billete de lotería esta noche”, añadió el bicampeón de F-1, queriendo imprimir mérito al éxito.

Antes de los daños en las gomas, que llegaron en la última hora de carrera, el dorsal 7 gozaba de una ventaja de más de dos minutos. Parecía insalvable para el número 8. “El equipo también tiene la experiencia de perder la carrera a un minuto del final. El Toyota se paró en 2016 (con Nakajima al volante). Esas cosas las tiene todo el equipo presentes”, evocó el asturiano.

Alonso, Nakajima y Buemi cerraron el Mundial de Resistencia con cinco victorias en ocho pruebas: han conquistado las dos citas de Le Mans, las dos pruebas de las Seis Horas de Spa-Francorchamps y el certamen de las 1.000 Millas de Sebring. Además han sellado las segundas posiciones en las Seis Horas de Fuji y en las Seis Horas de Shanghái. La única prueba en la que se han visto fuera del podio fue en las Seis Horas de Silverstone, donde vencieron Alonso y compañía pero fueron descalificados. En total han sumado 198 puntos, 41 más que el otro coche del Toyota Gazoo Racing.

el futuro Alonso se integró en este campeonato para aproximarse a su objetivo de la Triple Corona -ganar el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, las 500 Millas de Indianápolis y las 24 Horas de Le Mans-, lo que le elevaría al selecto club que solo alberga un miembro, el inglés Graham Hill. Una vez obtenida la gloria en la prueba francesa del circuito de La Sarthe, por doble partida además, ha anunciado que la próxima temporada no repetirá concurso en esta competición, aunque sí ha manifestado que regresará más adelante.

El asturiano ha confirmado que de aquí a final de año disputará nueve carreras más. Dos serán de karting; el resto se desconocen. Después de haber admitido que contempla estar en la próxima edición del Rally Dakar y haber probado un coche Toyota preparado para el desierto, es probable que algunas de esas citas sean rallys para evaluar la posibilidad de estar en el evento que en enero de 2020 se celebra de manera íntegra en Arabia Saudí. También se espera que en 2020 trate de ganar las 500 Millas de Indianápolis, para así completar la Triple Corona. Porque, dice, el mejor piloto es el que gana en diferentes categorías y con distintos coches. Y Alonso, sobrado de autoestima, se siente el mejor. Desea corroborarlo con títulos.