GASTEIZ - Johannes Voigtmann ya es historia en el Baskonia. Era un secreto a voces desde hace días que ayer adquirió por fin rango de oficial. No fue el club quien se encargó de revelar la noticia, sino el propio jugador a través de su cuenta de Instagram al filo de las 20.30 horas de la noche. El poste alemán se marcha de la capital alavesa después de desestimar una oferta de renovación por parte de Josean Querejeta para las dos próximas temporadas y ahora emprenderá una nueva aventura en otro lugar todavía por determinar, ya que hay muchos equipos interesados en contar con sus servicios de cara al futuro, el último de ellos el Maccabi. La puerta de la NBA tampoco está cerrada ya que se especula en las últimas horas con el intereés por parte de los Washington Wizards.

Se trata de la segunda marcha confirmada ya oficialmente en el seno del Baskonia tras Marcelinho Huertas en un mercado estival muy parado donde, de momento, no se ha registrado ningún movimiento de entrada. La de Voigtmann no será la última, ya que Darrun Hilliard tampoco seguirá vistiendo de azulgrana y en el caso de Vincent Poirier también está muy avanzado su desembarco a la NBA, concretamente los Boston Celtics, aunque para ello habrá que esperar a los primeros días de julio cuando se abra el mercado para los agentes libres en la competición estadounidense.

Voigtmann cierra a sus 26 años un ciclo de tres campañas en el Baskonia donde ha dejado sensaciones contradictorias en su juego y, sobre todo, una alarmante fragilidad mental. Capaz de lo mejor y lo peor, despide una etapa como integrante del equipo vitoriano en la que no ha triunfado plenamente. Su calidad se encuentra fuera de toda duda gracias a una buena mano desde el perímetro, una excelsa visión de juego desde el poste bajo y también una notable capacidad para correr el contragolpe pese a sus 2,11 metros.

En el lado negativo de la balanza, su convivencia con Shengelia en el puesto de cuatro ha sido imposible, especialmente en esta última temporada. Mientras el georgiano estuvo lesionado, el teutón supo dar un paso al frente y tirar del carro en los momentos comprometidos. Sin embargo, con la vuelta del capitán a las órdenes de Perasovic regresó la versión más desconcertante de un jugador que incluso ha sido silbado en varias ocasiones por la grada del Buesa Arena. Posiblemente, ese hecho haya sido el desencadenante final que le ha empujado a tomar la decisión de abandonar el Baskonia, a donde llegó en el verano de 2016 procedente del Skyliners Frankfurt.

“Realmente quiero dar gracias a los aficionados por estos tres años, por permitirme ser parte de vuestra gran historia, por compartir momentos inolvidables en el Buesa Arena y por habernos dado la bienvenida a mí y a mi familia en vuestra casa. Os merecéis lo mejor y espero que dentro de poco podáis ganar el título que tanto tiempo lleváis esperando. He decidido que es hora de marchar y encontrar nuevos desafíos. Mantendré al Baskonia en mis recuerdos y nunca olvidaré la gente que hace de él un gran club”, escribió Voigtmann en su despedida a través de las redes sociales.