A falta de 500 metros para atravesar la línea de llegada, en Santander nadie sabía nada sobre el ganador. En tierra, la gente contenía la respiración a medida que las traineras comenzaban a acelerar el ritmo. En el agua, el patrón del Regina Catorce, un hombre impaciente, aguardaba su turno para volver a cruzar por delante del campo de regatas, pero él tampoco veía claro quién se llevaría la victoria en la I Bandera Repsol Energía y Gas. Entonces llegó el ataque final de Orio. Los aguiluchos, con el mejor bote de este inicio de campeonato, se pusieron a un segundo de la bandera. La embarcación amarilla soñó por un instante en conseguir un tres de tres y puso todos sus vatios en modo on, pero todo esfuerzo fue en vano: Hondarribia se mostró intratable. El férreo equipo verde aguantó con sangre fría el rush final de los oriotarras y ondeó ayer al viento su primera bandera del verano ACT. La primera, además, con denominación Repsol Energía y Gas.

Aunque la emoción no se deshizo hasta la última palada, el primer triunfo hondarribiarra se gestó en el primer largo. En un campo de regatas temido por clubes y remeros, donde hay un constante paso de barcos -e incluso de algún ferry- muy cerca del enclave de la competición, Hondarribia salió disparada tras la luz verde del semáforo. Los pupilos de Mikel Orbañanos se hicieron rápido con la proa de la regata, con Orio y Zierbena siguiendo de cerca su estela.

Tras el primer viraje, la distancia de tres segundos de Hondarribia sobre sus perseguidores no menguaba. La que aumentaba era la distancia con la cuarta trainera en liza ayer en la tanda de honor, Donostiarra, y el resto de gallos de la segunda tanda, con un Santurtzi nuevamente superior a Urdaibai. En los largos de vuelta, la estrategia ayer fue clara. Los botes buscaron durante toda la regata las calles 3 y 4. Las corrientes parecían ayudar el remar sobre esas vías. La 3 le correspondía a Hondarribia, que no conseguía despejar por babor a Orio. Los dos botes se fueron en el último giro hacia estribor sin reparo, aprovechando la autopista vacía que había dejado Donostiarra, que fue de menos a más y también sacó provecho de su calle.

A 39 paladas por minuto se puso Orio al minuto 16 de regata. Algún corazón verde y amarillo elevó hasta 200 sus pulsaciones en ese instante. En meta, nada cambió, y Hondarribia mantuvo intactos esos casi tres segundos de ventaja que había logrado catorce minutos antes. Esta Ama Guadalupekoa, una de las mejores tripulaciones en el medio siglo que cumple este año el club, volvió a mostrar los galones que dan un bote sin apenas variación y que se ha mantenido en la batalla por la victoria en cada liga en los últimos cinco años. La batalla de ayer de la San Nikolas, sumada a las victorias del primer fin de semana, invitan a creer que los aguiluchos pueden estar pronto remando por ese mismo camino de la regularidad en el que lleva trabajando todo el invierno Jon Salsamendi.

Donostiarra supo sufrir Hablando de galones, una de las traineras que no acaba de dar el salto para estar en la pelea por las victorias es Urdaibai. La vigente campeona, ganadora de todo, no pudo mejorar en Santander los dos quintos puestos que había firmado en el primer fin de semana de la liga. En esta ocasión, las centésimas tampoco le fueron a favor y Donostiarra, que no acertó en la salida de la tanda de honor -se dejó once segundos en la primera ciaboga-, le relegó a la sexta posición de la regata por 32 centésimas. Hondarribia le aventajó en 21 segundos. La fortaleza mental de la Torrekua II estaba ayer a prueba tras el fiasco en la salida. No resulta sencillo remar sin nadie alrededor durante tres cuartas partes de la regata y, aún así, los hombres de Igor Makazaga fueron capaces de encontrar su remada a medida que iba transcurriendo la tanda y pudieron llevarse a tierra la satisfacción de mantener a raya a toda una Bou Bizkaia.

Por delante se les coló Santurtzi, que igual que el pasado sábado en Bilbao, volvió a regalar al espectador un regatón en el que llevó la batuta sin el miedo escénico que podría surgir a cualquier otro bote que se bata en duelo con los txos. Quizá ayudara en ello la notable presencia de exazules que tiene la Sotera que entrena otro ex de Urdaibai, Iker Zabala. Sin ganar, la tripulación morada es otro de los grandes candidatos a pescar en río revuelto. Igual que Zierbena, que lejos de dejarse ir, mantuvo el tercer puesto sin apuros.

Golpe a San Pedro Tras dos primeras regatas de optimismo, San Pedro recibió ayer un primer golpe por la popa de la ACT. No habría que calificarlo de duro, entendiendo que solo se llevan transcurridas tres regatas, pero la Libia perdió en casa de Astillero la exigua ventaja que le llevaba a la trainera cántabra en su batalla por evitar el farolillo rojo de la tabla.

Los hombres de Miguel Ángel Ruiz fueron superiores a los pasaitarras durante toda la regata y, conocedores como pocos del campo en el que se bogó ayer, demostraron que las malas sensaciones del arranque de campeonato se están tornando en mejoría. Además de vencer con holgura a los morados -diez segundos les separaron en meta-, Astillero se benefició del despertar de una Lekittarra que, con las complicaciones de la calle 1, se quedó muy atrás de inicio, pero pudo arrebatar el tercer puesto de la tanda a San Pedro en los metros finales. Hoy, en Lekeitio, la Libia tendrá una nueva batalla en casa del enemigo.