la afición de Irene Sarrionandía (Deba, Gipuzkoa) por el deporte y por la montaña es algo que viene de lejos. A sus 70 años de edad, es la única persona que ha participado en todas las ediciones de la Camille Extreme, la exigente carrera de montaña que se celebra en Isaba desde hace 15 años.

Desde la organización saben del valor de la hazaña de Irene, que fue homenajeada -junto a otros tres corredores- por su veteranía, antes del comienzo de la edición del año pasado y cuatro años antes ya había recibido un reconocimiento por ser una de las dos únicas personas -hasta la fecha- que habían participado en todas las ediciones, honor que ahora ostenta en solitario. Sin embargo, eso de recibir homenajes es algo que no hace “especial ilusión” a la veterana atleta. “Estar en el centro de las miradas de todos no es lo que más me emociona”, comenta.

Pionera en esto de correr por el monte, cuenta que al principio corría por la carretera, cerca de donde ella vive “como todo el mundo”, pero que más adelante se aburrió. “El asfalto es duro y hace que duelan las espinillas a veces, así que empecé a correr por el monte de al lado de mi casa”, explica Irene. “Entonces, hace 35 o 40 años, no había cultura de correr por el monte y hoy es muy normal y no llama casi la atención”.

Irene participa en más carreras de la envergadura de la Camille, “pero no muchas”. “En agosto voy a ir al Valle de Tena (Huesca), que también son 44 kilómetros con 4.000 metros de desnivel, y el año pasado hice la de Canfranc, que también es de ese estilo. Me gusta hacer una al año más o menos” admite.

Son, sin duda, pruebas muy exigentes, pero Irene explica que no conocerlas tanto hace que sean más llevaderas. “Estas son más largas, pero también tienes más margen de tiempo, las hago más relajada que en Isaba”. Conocer tan bien una carrera de montaña -15 participaciones dan para eso y más- también puede tener sus desventajas. “En Isaba ya se dónde tendría que estar en cada momento. Tengo esa presión de cumplir con mis propios tiempos, aunque ya se que lo normal es que cada año pierda un poco”, manifiesta.

Irene quiere repetir en Isaba el próximo año, aunque es consciente de la dificultad. De hecho, los tres últimos años corrió con molestias, “los dos últimos en la cadera, y este año con una lesión en la rodilla un mes y medio antes de la carrera”. “Quiero estar bien de arriba a abajo, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Me digo a mí misma que el año que viene si estoy bien correré, y si no no”, admite la veterana atleta.

En cualquier caso, la motivación de hacer 16 ediciones de una misma carrera, todas las que se han celebrado, y ser la única persona en hacerlo, será algo que pesará conforme se acerque la fecha. “Quiero hacer la decimosexta edición, pero si voy con molestias y luego acaba la carrera y estoy un tiempo con una lesión peor me arrepentiré”.

homenaje el año pasado. La organización de la carrera homenajeó a los más veteranos en la edición del año pasado, entre ellos, a Irene Sarrionandía. Pitxi Eguíllor, Joseba Peña, Miguel Ángel Castrillo completaban el cuarteto. Irene ya era entonces, a sus 69 años, la única participante en haber completado todas las ediciones. En esa ocasión fue la 29ª mujer en llegar a la meta, con un tiempo de 5 horas y 41 minutos. Foto: Cedida