El Villarrobledo llegó a Pamplona con ganas de repartir tras el polémico aplazado de la jornada 13 y así lo hizo, no dejó a ningún rojillo tal y como llegó. Un juego muy diferente al de Juste hizo que sus jugadores no pudieran seguirlo y en derrota quedó el encuentro ayer en Arrosadia.

Empezaba el partido y a los rojillos les costó muchísimo entrar. Los visitantes tenían mucha presencia tanto en el campo como en el banquillo por su corpulencia y eso aminoraba las opciones de Basket Navarra. El juego interior se vio muy afectado hasta casi no verse y con la baja de Smith, Lepichev no pudo con todo, así que solo quedaban las opciones de fuera de la zona.

Con el juego tan intenso de los de Albacete llegaron las faltas, y con ellas las antideportivas, hasta el punto de perder a Lepichev en el campo, por parte de los de Navarra, y a Ndiaye, del conjunto visitante.

Seoane entró a pista para mejorar las cosas con dos triples seguidos que dejaban entrever la luz al final del cuarto, pero no logró contagiar a sus compañeros y los blancos seguían sumando a pesar de las buenas sensaciones del jugador de Juste. Las cosas comenzaron a ponerse feas y Yárnoz lo demostraba gritando de rabia tras cada acción que rozaba el aro pero no entraba.

Basket Navarra empezaba a perder la confianza, encadenaba jugadas en las que no conseguía encontrar un tiro liberado o siquiera conseguir un lanzamiento. Así se vio reflejado en una jugada en la que Antúnez arrojaba el balón al aro a falta de tres segundos para acabar la posesión y este volaba por los aires sin llegar a manos de alguien que pudiese convertir la jugada en algo de provecho.

La vuelta de los vestuarios no les vino bien a los de Juste, que salieron adormecidos, mientras que los de Albacete sumaban en el luminoso. Tuvo que llegar Seoane para enmendar un poco el catastrófico inicio de la segunda parte.

Cuando parecía que Basket Navarra no tenía posibilidades, comenzó a fluir mejor en ataque, aunque en defensa seguía arrastrando problemas. En esta zona es donde más se notó la baja de Smith, que no ha vuelto aún de su estancia con su selección y no lo hará hasta la semana que viene.

Esto se agravó más cuando todavía quedaban ocho minutos y fue expulsado Lepichev, dejando a Llopis como único hombre interior disponible.

El final de duelo no fue próspero para los locales, con 22 puntos encajados. Así pues, se hizo totalmente imposible que un Basket Navarra ya mermado tanto en efectivos como en fuerzas de los mismos pudiera darle la vuelta al marcador ante uno de los equipos más fuertes y agresivos de la competición.