PAMPLONA. Cinco personas han muerto entre el martes y el jueves en el Everest, a más de 8.000 metros de altura, una temporada en que las larguísimas colas han complicado en extremo los ascensos y también los descensos desde la cima, a 8.848 metros de altura.

Esta madrugada ha trascendido que Ing Landgraf, procedente de Austria y de 65 años, falleció ayer mientras bajaba de la cumbre, informa The Himalayan Times. Landgraf formaba parte de una expedición que acometió su Everest desde la cara norte, en el Tíbet. La otra víctima es el indio Nihal Bagwan, de 27 años, que perdió la vida por la vertiente nepalí, en el campamento 4, después de haber sido rescatado por un grupo de sherpas unos metros más abajo de la cumbre, según las mismas fuentes. A estos dos muertes cabe sumar las de otros dos montañeros indios, Kalpana Das, de 49 años, y Anjali S.Kulkarni, una mujer de 54, además de la del norteamericano Donald Lynn Cash, de la misma edad.

Las compañías de expediciones y el Gobierno de Nepal deberán analizar cuál es la causa de estos fallecimientos, si tal como se sospecha los largos tiempos de espera, si las colas de unas dos horas a más a 8.000 metros, han influido mucho o poco en la tragedia. Esta es una temporada para la reflexión. El Everest es un negocio y los pocos días de buen tiempo todos los candidatos a cima, unos con más experiencia que otros, emprenden el ascenso coincidiendo peligrosamente en las zonas más elevadas de la montaña.

Más de 200 alpinistas hicieron cima en el Everest (8.848 metros), rompiendo el récord de ascensos en una misma jornada pero también creando un atasco que provocó colas de varias horas en un estrecho paso de la ladera cercano a la cumbre.

Desde el Campo Base, el representante del Ministerio de Turismo de Nepal Gyanendra Shrestha confirmó a Efe que unos 250 montañeros salieron del Campo IV (7.900 metros) durante la noche del martes al miércoles, de los que más de 200 alcanzaron la cima más alta del mundo.

A apenas una semana de que la buena meteorología se disipe, muchos de ellos se quejaron de haber tenido que esperar durante "horas" en largas colas por el abarrotamiento en la zona Cima Sur (8.690 metros).

En 2012, se produjo una situación similar cuando 260 montañeros trataron de hacer cumbre en un mismo día aprovechando el buen tiempo, lo que causó una acumulación de gente en el famoso escalón Hillary, una roca vertical de 12 metros que supone el último gran obstáculo antes del techo del mundo.

En esa ocasión, 179 personas llegaron a los 8.848 metros y cuatro -el chino Ha Wenyi, el alemán Eberhard Schaaf, el canadiense de origen nepalí Shriya Shah y el surcoreano Song Won-bin- perecieron por cansancio y mal de altura cuando descendían.

El abarrotamiento en los ochomiles supone un gran peligro para los alpinistas y sus sherpas, ya que cada minuto es importante cuando uno depende de una botella de oxígeno para sobrevivir y les puede alcanzar la noche.

Un equipo de experimentados sherpas coronó a mediados de mayo el Everest, dando por inaugurada una nueva temporada de escalada del pico más alto del planeta que este año cuenta con más escaladores dispuestos a intentar la ascensión que nunca.

El Departamento de Turismo ha emitido 378 permisos de escaladas esta temporada, un récord histórico desde la primera ascensión exitosa al Everest en 1953.