Pamplona - La memoria es un lienzo que, generalmente, se quiebra con el paso del tiempo. La memoria sitúa a Beñat Rezusta en el frontón Bizkaia de Bilbao, sobre el tapete negro del emplazamiento de Miribilla, con la zurda eléctrica en pose huracanada, tres años seguidos, peleando por el cetro del Campeonato de Parejas de la LEP.M; hoy será su cuarta cita seguida con el mismo skyline. Un seguro.

La memoria coloca a José Javier Zabaleta, joven, muy joven, imberbe, sobre el podio de la cancha vizcaína con la lana mesándole el pelo y a Pablo Berasaluze, descompuesto, se le quebraba el tendón de Aquiles; después, cinco años tuvo que esperar, volvió a repetir junto a Ezkurdia (2018). Entretanto, once meses de baja seguidos, irregularidad, dudas y una resurrección hacia la elegancia. La memoria pone a Juan Martínez de Irujo como padrino de ambos en su primera situación comprometida con título en juego (2013 junto a Zabaleta y 2016 junto a Rezusta). El paso del tiempo no amarillea el final de aquellos días, en los que hubo gloria para el navarro y dolor para el bergararra. Ninguna de las primeras finales de los zagueros se pudo terminar.

La memoria abraza a Iker Irribarria y a su zurda de dinamitero en una imagen que parece en blanco y negro y que impactó por la rapidez de su arrancada, percherón, un estirón de velocista. Tiñó de colorado la pechera del guipuzcoano y le otorgó el cetro del Parejas de 2016 con Rezusta. La memoria se ahuma con el tictac del reloj, que arrebató la confianza al zurdo de Arama durante año y medio, secuestrándole una esencia perdida que está liberando con el paso del tiempo. ¡Por fin! ¡El regreso!

La memoria tiembla por el estómago de Danel Elezkano porque en el Bizkaia asomó por primera vez al profesionalismo, en 2013, con 18 añitos, y el futuro se abrió de par en par, ilusionante a raudales, estimulándole el hambre. La memoria recuerda al zaratamoztarra que el tránsito hasta la final del Parejas de hoy, la segunda seguida en su cuenta, se diseña entre montañas de trabajo y frontón. El recinto de Miribilla exige hoy una alfombra negra en mitad de un campo de trincheras.

La memoria se olvida en una cita de juventud, en la que el guardaespaldas de Etxarren será el más veterano, con 28 años. Irribarria, con 22; Elezkano, con 24; y Rezusta, con 26, se acodan en un encuentro de veinteañeros. Ser joven invita a romper con el pasado y derrochar futuro. La juventud es tener más ilusiones que recuerdos.

La txapela del Campeonato de Parejas de la LEP.M es un delirio en el salpicadero, pero con un guiño al retrovisor. Las apuestas, que usan la memoria para recordar que en semifinales Irribarria-Zabaleta pasaron por encima de Elezkano II-Rezusta, cantarán posturas de 100 a 60 por los pegadores, tendencia exagerada por el rendimiento del vizcaíno y el guipuzcoano en su último choque.

Los datos Repasando el pasado, el delantero de Zaratamo es un seguro de triunfos con Aspe. Debutó con la empresa de Eibar en agosto de 2016 después de construirse en Asegarce y, desde ese momento, ha disputado un total de 135 encuentros, de los que ha ganado 86 y ha perdido 49. Entre ellos, medio centenar fueron con Rezusta y la estadística es abrumadora: 39 victorias y tan solo once derrotas. La más dolorosa llegó hace un año con la txapela del Parejas en juego ante Ezkurdia y Zabaleta (22-9). Entre los zagueros, el zurdo supera a su homólogo. De 56 pulsos, 35 cayeron del lado de Rezusta. Aun así, la memoria no sirve para nada. Tiende a quebrarse. Atrás, en la zaga, estará la clave. A Beñat le espera un Vietnam ante el músculo azul.