pamplona - El cuerpo de Iker Irribarria incubó una chispa que le corroyó las arterias durante casi dos años. Lo anterior fue un desembarco rápido, sin resuello, en el Olimpo de la pelota a mano profesional. El ariete de la potencia rompió todas las atalayas en un solo año para coronarle como el campeón más joven del mano a mano, lograr cetro del Campeonato de Parejas y repetir cita en el Manomanista, sin suerte. Después, llegó un transitar oscuro por los resultados, en el que el camino se hizo largo, febrilmente largo. Todo fue muy deprisa desde que el zurdo debutó con Aspe en marzo de 2015. Una vida al galope. Por contra, tras la final perdida ante Bengoetxea VI en mayo de 2017, llegó una transición complicada y un bache que se terminó en el Parejas. El Manomanista, quizás la distancia más adecuada para el músculo del guipuzcoano, se abrió con problemas ante Víctor y sensaciones mejores ante Altuna III. El Astelena de Eibar vislumbró ayer algo distinto en la semifinal. El fuego le recorrió el sistema nervioso. El calor le trepó por las venas. Mil alfileres le picotearon la piel. Salió la chispa. Fiebre. Irribarria, en llamas.

El hipervitaminado aramarra encontró razones en su juego que recuerdan a su mejor versión. Danel Elezkano, enfrente, no pudo más que tratar de frenar el vendaval. Sin suerte. Sin opciones. Vivió un martilleo excesivo, para el que no tuvo medicina, que quizás habitaba en torcer el partido con un estilo venenoso similar al plasmado por Víctor. Pero no hubo opción. Ninguna. El delantero de Zaratamo, no obstante, puede marcharse del Manomanista de Primera como cabeza de serie. Ayer no pudo hacer frente a un Irribarria superpoderoso, que le impuso un cordón de seguridad en los cuadros alegres y le impidió desarrollar su juego. La pegada de su contrincante fue un atropello. ¡Qué bestia!

Sucede que en un amago de eliminatoria, achicada por la falta de debate en el peloteo, alternativas en el luminoso, tantos duros y tiempo de juego -circunstancias derivadas por la aplastante superioridad de Irribarria-, la poderosa versión del de Arama se sustentó especialmente en su saque, que enredó por la pared a un Elezkano II con problemas para restar. En ese guion, como pez en el agua, volcánica la zurda del guipuzcoano, la eliminatoria se convirtió en una encrucijada con difícil resolución. Un puzzle desde los cuadros largos. Un cubo de rubik. Un sudoku. En definitiva, una bomba por desactivar y apenas unos tantos de tiempo máximo para encontrar cables rojos, azules, verdes o amarillos. Y, en el fondo, ninguna solución, todo trampas. Elezkano II tenía que manejar material inflamable, acertar cada pelota, no errar y... ¡boom! Jugar con fuego...

Desde el primer disparo, el vizcaíno se encontró con un perpetuo asedio. Irribarria acertó a cruzar el saque, partió con la zurda y no se le arrugó el morro con la derecha, a pesar de que en los primeros compases notó cierta incertidumbre desde ese perfil. Más leña al fuego: el primer error del de Arama llegó en el 11-18, con la eliminatoria prácticamente desnortada. El segundo de su cuenta fue el 12-20, una apertura que se le escapó. Nada más. La seguridad de su despliegue supuso una roca gigante en el Astelena, que se quedó huérfano de pimienta.

Monólogo desde el inicio La mecha del partido quedó prendida por Danel Elezkano en un dos paredes rápido que dejó a Irribarria con los pies clavados a mitad de cancha. Un saque dio la única renta de Danel en el partido (2-0), porque respondió rápido Irribarria, aupado por una falta de saque del vizcaíno. El zurdo no experimentó. Buscó la longitud del Astelena. Y punto. ¿Para qué cambiar? La explosión retumbó hasta la plaza Unzaga, Soraluze o más allá. ¿Hasta dónde? Hasta el infinito, quizás. Dos zurdazos pusieron en ventaja a Irribarria (2-3). Elezkano II apretó la mandíbula con un remate al txoko y trató de buscar cosquillas. Sin suerte. Una volea defensiva murió en el colchón de arriba (3-4). Y su rival entró en erupción.

Con una zurda de escándalo, a pie quieto, sin oposición, Irribarria se puso 3-9 -dos saques-, 5-11 y 7-16. El músculo valió una falla insalvable de todas todas. Sin regalos. Desencadenado. ¡Grita libertad, Iker! Danel estuvo 7-11, pero un regalo perpetuó el rodillo azul.

Solo hubo respuesta de Elezkano II en la búsqueda de la guerra relámpago, por medio del saque-remate, con el que pudo cosechar algunos cartones, pero sin la suerte de embocar algún tipo de reacción. La fecunda imaginación de Danel murió en la chapa y la experimentación vivió a contrapelo. Mala cuestión. No hubo hueco para la prestidigitación. La duda podría haber nacido, en condicional, con una jugada polémica que los jueces dictaron como tanto de Irribarria, pero que debía de haber sido de Danel porque la parada al txoko tocó la espinilla de Iker, pero ya estaba el encuentro decantado. El fogoso Irribarria se medirá a Urrutikoetxea en la final del Manomanista el 2 de junio en el frontón Bizkaia de Bilbao.

Elezkano II12

Irribarria22

Duración: 35:14 minutos de juego.

Saques: 2 de Elezkano II (tantos 2 y 7) y 3 de Irribarria (tantos 6, 8 y 15).

Faltas de saque: 1 de Elezkano II.

Pelotazos: 148 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 8 de Elezkano II y 13 de Irribarria.

Errores: 5 de Elezkano II y 2 de Irribarria.

Marcador: 1-0, 2-0, 2-2, 2-3, 3-3, 3-9, 5-9, 5-11, 7-11, 7-16, 10-16, 10-18, 11-18, 11-20, 12-20 y 12-22.

Incidencias: Partido correspondiente a las semifinales del Campeonato Manomanista de la LEP.M disputado en el frontón Astelena de Eibar. 918 espectadores. En el primer partido, Altuna III-Tolosa ganaron a Jaka-Martija (22-17). En el tercero, Zabala-Ruiz vencieron a Mendizabal III-O. Etxebarria (17-18).