pamplona - Si hay alguna frase manida en las presentaciones de los campeonatos de la elite de la mano es que “no hay favoritos”. Lejos de presentarse como un tópico, lo cierto es que en los últimos la pelota profesional vive una época en la que la nómina de candidatos al título es amplia.

Lejos de los campeonatos monopolizados por los Atano III, Gallastegi, Azkarate, Retegi (I y II), Beloki, Eugui, o el reciente binomio Irujo-Olaizola II, el Manomanista ha entrado en los últimos años en un interesante y enriquecedor reparto de títulos individuales entre varios pelotaris.

Tras las dos txapelas consecutivas de Aimar Olaizola en 2012 y 2013, hasta seis manistas consiguieron en los siguientes años la final más codiciada del panorama profesional: Irujo (2014), Urrutikoetxea (2015), Irribarria (2016), Bengoetxea VI (2017) y Altuna III (2018). Algo que terminó con la victoria de Iker Irribarria el pasado domingo. Fin de ciclo.

30 campeones en 73 años Por su peculiar sistema de escalera, en el que los semifinalistas de un año entran en competición en los cuartos de final del siguiente -incluso hasta 1995 el campeón tenía que defender su título directamente en la final-, el Manomanista, torneo que se comenzó a disputar en 1940 cada dos años y que desde 1950 se juega anualmente, siempre ha contado con especialistas que han llenado sus vitrinas de varias txapelas de esta competición.

De hecho, tan solo una treintena de pelotaris han conseguido el codiciado título en 73 años -y 74 campeonatos, ya que en 1999 cada empresa el suyo propio-, una cifra que da debida cuenta de lo complicado que es ser el rey de la mano individual.

Sin embargo, en esta época en la que los aspirantes a campeones no se cierran a un pequeño círculo, cohabitan hasta cinco campeones manomanistas en activo (Olaizola II -4-, Urrutikoetxea, Irribarria -2-, Bengoetxea VI -2- y Altuna III), y eso que alguien como Irujo, con cinco entorchados y retirado por una dolencia cardíaca en 2017, podía todavía haber estado en la lucha.

más pretendientes que nunca Además del quinteto de manistas que ya conocen el tacto de la lana del Manomanista sobre sus cabezas, el torneo cuenta con más pretendientes que nunca al haber también pelotaris con muchas capacidades para poder dar el salto hacia la lucha por el título.

Los delanteros de Aspe Joseba Ezkurdia y Danel Elezkano ya saben lo que es estar en unas semifinales -ambos perdieron en esta fase la oportunidad de la final en esta edición- y cualquier año puede ser el que den el paso.

Un escalón por debajo están los Jaka, Artola, Peio Etxeberria, Víctor o Rezusta, quienes ya han sabido lo que es batirse en duelo con quienes parecen estar por encima suya y les han plantado cara.

En la nómina de candidatos también aparece el factor sorpresa, como el que protagonizó Irribarria en 2016 (ganó el campeonato cuando el año anterior perdió la final de Segunda ante Víctor), Danel Elezkano (que, sin cualidades específicas para el mano a mano, sigue con opciones) o lo que ocurrió en 2014, cuando Julen Retegi se plantó en la final ante Irujo apeando a favoritos como Ezkurdia, Olaizola II o Idoate. En cualquier caso, todo sigue abierto. Ha terminado un ciclo. Empieza otro.