IÑIGO Bikuña (Donostia, 1998) seguirá este domingo la estela de Juantxo Koka, último pelotari donostiarra en dar el salto a las grandes empresas de pelota a mano profesional en 1993. Desde la llegada del delantero, la nada. El zaguero de Gros cambiará la dinámica. A partir de las 17.00 horas, el frontón Atano III acoge el descorche del guipuzcoano en la promotora Aspe, en la que comenzó a trabajar en serio hace nueve meses tras firmar un precontrato y que considera ahora el momento idóneo de que arranque su camino en la élite. Formado en el club Izurun del barrio de El Antiguo, el fornido manista (mide 1,93 metros y pesa 94 kilogramos) reconoce que vivió una “gran alegría” cuando le comunicaron la noticia del debut. “Es la ilusión que uno tiene desde pequeño. Se ve que el trabajo da sus frutos”, recita el guardaespaldas donostiarra, cuyo primer partido será un estelar de campanillas: jugará con Altuna III frente a Ezkurdia-Tolosa. Además, la empresa le tiene preparados otros dos compromisos de enjundia en la feria de San Fermín junto a Erik Jaka y Danel Elezkano -si se recupera a tiempo-.

Al dar una vuelta por el circuito de la memoria, su primer recuerdo en una cancha se enrosca al frontón de Olaberria. “No me acuerdo de mi primera pelota, pero sí de que con cinco o seis años iba con mi primo y mi abuelo a jugar allí. Soy pelotari desde niño”, define. Eso sí, Bikuña proviene de una familia en la que únicamente el abuelo “era aficionado”, tal y como dice el de Gros.

A medida de que fue creciendo en la escuela de El Antiguo, los técnicos acabaron por desplazar a Bikuña de su puesto cerca del frontis. Y es que, Iñigo inició la senda manista en los cuadros alegres, pero a los 16 años los responsables del club le aconsejaron que retrasase su posición, pasando “un par de temporadas malas” en su nueva demarcación. “En mis primeros años mi ídolo era Titín III, pero después me empecé a fijar en Abel Barriola y José Javier Zabaleta”, evoca la nueva perla de Aspe. El paso por los cuadros alegres, no obstante, le aportó “coordinación, soltura de aire y capacidad de defensa en el txoko”. Eso sí, tal y como revela, el donostiarra está trabajando junto a Jokin Etxaniz, director técnico de Aspe, la “postura de derecha” con la meta de “no gastar mucha energía en el peloteo” y, de este modo, “gozar” con pelota franca y “dar altura al pelotazo”.

Bikuña debuta en época de cosecha de festivales. “Mi objetivo inicial es asentarme en el profesionalismo y coger temple”, afirma Bikuña, que se define como un zaguero currante. “Soy de los que les gusta pelear el tanto y trabajarlo. Con la derecha me gusta darle con chispa”, declara el neófito de Aspe.

Respecto al duelo de debut, el de Gros confiesa que se sentirá muy “arropado” por el “mejor delantero de la empresa”. “Altuna III es amigo además de compañero, porque compartimos muchos entrenamientos durante la semana -realizan la preparación física juntos-”, añade el guipuzcoano.

Piloto en AV Fórmula El zaguero donostiarra, que acaba de terminar el tercer curso de Ingeniería Mecánica en Ordizia, unió la pelota a otros deportes en su juventud, como el fútbol o el automovilismo. De hecho, Bikuña comenzó desde niño a correr en el circuito de Olaberria y acabó dando el salto a la AV Fórmula. “Me ficharon y estuve corriendo por circuitos de toda Europa. Es algo que te hace madurar, porque vas solo por el mundo desde muy jovencito. He corrido en Bélgica, Italia, Francia, República Checa...”, expresa el guipuzcoano. Sin embargo, tuvo que abandonar el asfalto. “Soy bastante grande y para ser piloto hace falta ser más liviano. Además, se me acabó el contrato y me di cuenta de que es un deporte que requiere de mucha dedicación como para compaginarlo con los estudios y la pelota”, desbroza el de Gros, un zaguero a todo gas.

Durante el próximo curso, el guardaespaldas compatibilizará los estudios con la pelota profesional, cuestión que no le acobarda. “Llevo ya un año así y creo que no me afectará”, finaliza Bikuña.