pamplona. Construcciones Flores presentó ayer el concurso de acreedores. Lo hizo agotando los plazos que se le concedieron cuando, el 2 de octubre, solicitó un margen de cuatro meses para alcanzar un acuerdo con las entidades financieras, con las que tenía reconocida una deuda superior a los 150 millones de euros entre préstamos hipotecarios, pólizas de crédito e intereses atrasados. No ha conseguido alcanzar un acuerdo, por lo que ha optado por solicitar el concurso.
Fuentes financieras apuntan a que la actual situación de la empresa sólo puede conducir a la liquidación de la compañía, que debe además otros 16 millones de euros a antiguos trabajadores y proveedores. "Los activos de los que dispone la empresa no alcanzar para cubrir", explicaban. Flores también había reconocido una deuda de 6,12 millones de euros con Hacienda, si bien explicaba en un documento presentado a los bancos que había sido aplazada. Hacienda negó este hecho.
Finalmente, el concurso de acreedores fue presentado ayer ante el Juzgado Decano y hoy mismo será recibido por el juez de lo Mercantil, Ildefonso Prieto García-Nieto, que decidirá si admite el concurso en un plazo breve, de entre dos y tres días. A partir de ahí, el proceso derivará seguramente en el nombramiento de unos administradores concursales que tendrán la última palabra en la gestión de la empresa y revisarán las cuentas de los últimos años. Al presentar el concurso de modo voluntario y no a solicitud de los acreedores, los gestores actuales de la empresa (Conchita Flores) podrán mantener el control de la empresa.
la historia Las decisiones de compra tomadas por Construcciones Flores entre 2006 y 2007, cuando adquirió suelo al final del ciclo expansivo, le llevaron a cerrar ese último ejercicio con una deuda de 197 millones de euros. El frenazo en la venta de viviendas redujo drásticamente los ingresos de la empresa durante 2008 y condujo a la empresa al colapso. Sólo en intereses tenía que afrontar unos pagos de 9,2 millones. En lugar de buscare un acuerdo inmediato con los bancos, Flores se decantó por una ampliación de capital con unos socios ingleses que nunca aportaron su parte. Todo esto llevó a la histórica constructora navarra a una situación de impagos general, si bien durante ese tiempo la empresa cobró certificaciones de obra.