Me encontraba en la cola del banco esperando a que llegara mi turno para realizar una transferencia mientras me daba la espalda una elegante señora, de unos sesenta años, que estaba haciendo lo mismo que yo, efectuar un traspaso de dinero. No recuerdo la cantidad, pero sí que era muy superior a la mía, concretamente para adquirir un automóvil. El empleado que le atendía, viejo conocido de ella por el tono que ambos empleaban, le preguntó por el vehículo que pensaba comprar. Ella le explicó que se trataba de un Rav4. Él siguió con sus pesquisas para tratar de dar con la imagen del modelo y se interesó por la marca fabricante. Ella, con total rotundidad, le respondió que era "un Toyota. Nosotros en la empresa -de construcción- hace años que sólo compramos Toyota: funcionan de maravilla, nunca dan problemas y son vehículos que están a la última", concluyó.
Hay conversaciones que resultan clarificadoras y convincentes como pocas, y ésa que les he relatado fue una de ellas. Toyota tiene una virtud de la que adolecen otras muchas marcas: sabe muy bien lo que quiere, independientemente de lo que busquen, planteen o creen como moda otros fabricantes. Su filosofía es clara, sólida y acertada, como el convencimiento de la señora del banco.
He visto la llegada de Toyota a algunos mercados europeos, primero al francés y años más tarde al nuestro. Su planteamiento es siempre el mismo: proponen un producto que responde a una necesidad de movilidad y lo desarrollan incesantemente hasta que alcanzan un nivel de satisfacción elevadísimo, para convertirse luego en una referencia para el mercado, es decir, para los compradores y usuarios y también para el resto de las marcas. Y, a partir de ahí, se dedican a perfeccionarlo, a dotarlo de más calidad o de enfoques más sofisticados o vanguardistas.
Y esa estrategia es la que han aplicado a la nueva generación del Auris, la de una evolución que les conduce a un nivel de perfeccionamiento altísimo; porque la evolución, como apuntaba Darwin, es sabia. El Auris seguirá siendo un coche popular, pero es evidente que cada día, especialmente en sus acabados superiores -llega en tres terminaciones: Live, Active y Advance- y con su nuevo nivel de sofisticación, está más cerca del segmento Premium. Además, con su versión híbrida constituye todo un referente tecnológico y de eficiencia energética en motores de gasolina, como lo atestiguan sus 136 CV, 142 Nm, 180 km/h de velocidad punta, sólo 10,9 segundos de 0 a 100 kilómetros y unos consumos homologados en ciudad de 3,7 litros a los 100 kilómetros, 3,7 también en carretera y 3,8 de promedio, con unas emisiones medias cifradas en 87 gramos de CO2 por kilómetro.
Por fuera el diseño del nuevo Auris se muestra más anguloso, con predominio de las líneas rectas, faros y pilotos más alargados, una prominente entrada inferior de refrigeración en el frontal y un estilo en general más deportivo que en el anterior compacto nipón. Al margen de consideraciones estéticas, la carrocería del último Auris evoluciona hacia una menor altura (55 milímetros menos, ahora con 1,460 metros, 4,275 de largura, 1,760 de anchura y 2,600 de distancia entre ejes, siendo el maletero de 360 litros), una aerodinámica más eficaz (Cx de 0,277 y CdA de 0,61) e inferior peso (unos 50 kilogramos menos de media, con mínimos de 1.190 a 1.460 kilogramos). Asimismo, estará disponible en una gama de diez colores exteriores, tres de los cuales son nuevos: gris plomo, bronce maroc y azul luna. El blanco perlado es exclusivo del híbrido.
Por dentro la evolución le acerca un poquito más a los coches de gama alta del segmento, con un interior de mayor calidad y un diseño y materiales más elegantes, en sintonía con su acertado exterior. Mantiene su esquema esencial, pero se antoja más refinado, exquisito y seductor. En definitiva, más agradable a la vista y al tacto, y todo con mucho gusto.
MOTORES AHORRADORES Los motores también evolucionan, sobre todo en eficiencia energética, con unas emisiones medias de 109 gramos de CO2 por kilómetro y una rebaja en el consumo de combustible del 13%, al tiempo que conservan y acrecientan su afamada fiabilidad y ganan enteros a la hora de reducir costes de mantenimiento. La oferta está integrada por cuatro propulsores, un gasolina, dos diésel y el híbrido. Toyota estima que el mercado europeo demandará un tercio de híbridos, un tercio de diésel y un tercio de gasolina.
Además del híbrido, cuyo registros ya se han indicado, el gasolina de entrada es el 1.6 Valvematic de 1.598 centímetros cúbicos (cc), 132 CV, 160 Nm de par, cambio manual de seis relaciones, 200 km/h de velocidad punta, 10 segundos de 0 a 100 km/h, consumos en ciudad de 7,9 litros, 4,8 en carretera y 5,9 de promedio, y emisiones medias de CO2 de 138 gramos por kilómetro. El diésel de partida es el 1.4D, con 1.364 cc, 90 CV, 205 Nm, seis velocidades, 180 km/h, 12,5 segundos de 0 a 100 km/h, gastos de 4,4 litros en ciudad, 3,4 en carretera y 3,8 de media, y 99 gramos de CO2 por kilómetro. El diésel más potente es el 2.0D, con 1.998 cc, 124 CV, 310 Nm, caja de seis relaciones, 200 km/h, 10 segundos en el paso de 0 a 100 km/h, consumos de 5,2 litros en ciudad, 3,8 en carretera y 4,3 en recorrido combinado, y emisiones medias de CO2 de 112 gramos. Junto a los cambios manuales de seis marchas, el gasolina de 1.600 y 132 CV y el diésel 1.4D de 90 CV pueden equipar caja automática, además del híbrido, que la lleva de serie. También hay que apuntar la generalización del sistema de parada y arranque automáticos en las detenciones.
En cuanto al comportamiento dinámico, el Auris presenta una carrocería más rígida y ligera, un centro de gravedad más bajo, una dirección eléctrica optimizada y suspensiones mejoradas, con MacPherson delante y eje multibrazo en la zaga (salvo el diésel de 90 CV, con eje torsional). Igualmente, el confort crece gracias a unos nuevos asientos más cómodos y a que se ha reducido el nivel de vibraciones, ruidos y asperezas.
Finalmente, el equipamiento resulta de lo más convincente desde la terminación de acceso. La dotación de serie del Live incluye entre otros elementos: climatizador, control dinámico de estabilidad y de tracción, faros con función follow me home y luces de circulación diurna con tecnología Led. El Active añade control de crucero (excepto el 1.4D), faros antiniebla delanteros, elevalunas eléctricos traseros, conectividad Bluetooth, volante multifunción en cuero-napa, salida del tubo de escape cromada (excepto el 1.4D), llantas de 16", reposabrazos central trasero y sistema multimedia avanzado Toyota Touch con conectividad USB/iPod y cámara de visión trasera. El acabado Advance suma tapicería de tela y cuero parcial gris oscuro, sensores de luz y lluvia, retrovisor interior electrocromático, control inteligente de luces de carretera (AHB), climatizador bizona, sistema avanzado de asistencia al aparcamiento, entrada y arranque sin llave, asientos calefactables y con ajuste lumbar eléctrico, inserciones exteriores cromadas y en black piano, paragolpes trasero con difusor aerodinámico, consola con inserciones de cuero negro, faros bi-xenón direccionales y llantas de aleación de 17". La completa lista de opciones incluye techo solar panorámico, sistema de navegación Toyota Touch & Go y Touch & Go+, tapicería de cuero, además de los packs Confort, Look, Skyview, Eco y Luxury.
Por último, los ajustados precios, con descuentos incluidos, se mueven en el 1.6 gasolina entre 16.750 y 18.000 euros, con los diésel 1.4D de 90 CV de 16.500 a 18.750 euros, el potente 2.0D de 124 CV fluctua entre 18.950 y 21.750 euros y el híbrido entre 20.700 y 23.200 euros.