PAMPLONA. Yolanda Barcina figura en la lista de clientes exclusivos que adquirieron en 2009 la propiedad de la sede central y de las mejores oficinas de Caja Navarra. La presidenta del Gobierno de Navarra, que hace unas semanas dijo que asistía a los consejos y cobraba las dietas de Can "por imperativo legal", invirtió una parte de sus ahorros en un negocio que le genera una rentabilidad del 6% anual, que se destinó a personas de elevado patrimonio y que ilustra como pocos el posterior derrumbe de la entidad. La caja, diluida ahora en CaixaBank, dejaba incluso de ser propietaria de sus locales -entre ellos la sede central de Carlos III- y pasaba a ocuparlos en régimen de alquiler.

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