pamplona. Navarra cerró 2013 sin rastro de creación de empleo. Por sexto ejercicio consecutivo, el año terminó peor que como había empezado y desde mediados de 2008, cuando se alcanzó el techo de ocupación, Navarra ha perdido ya 44.300 puestos de trabajo, o lo que es lo mismo, 15 de cada cien. 6.500 de ellos, en el último año. De hecho, 2013 ha sido el tercer peor año desde que comenzó la crisis, solo por detrás de 2009 y 2012.
Todo ello no significa, sin embargo, que aumente el paro. Al contrario, la mayor parte de los indicadores apuntan a que los máximos históricos, alcanzados a comienzos del pasado año no volverán a repetirse. Y esta es una de las señales contradictorias que ofrece el mercado de trabajo, que sigue expulsando a cientos de personas de Navarra. La emigración y el desánimo se dejan sentir así en una sensible disminución de la población activa. Esta se ha reducido en 6.400 personas en el último trimestre y 9.000 en el último año. Esto se traduce en que la tasa de actividad se sitúa en Navarra por debajo de la media española (58,77 frente a 59,43), un hecho poco frecuente y que refleja la debilidad del mercado laboral navarro. Pero también en que el número total de desempleados cae en 5.300 personas desde septiembre y queda en 50.100, la cifra más baja desde finales de 2011. Hay 2.500 parados menos que hace un año.
A estos datos se agarraba ayer el Gobierno de Navarra en su valoración oficial, en la que destacaba el descenso del desempleo "en todos los sectores" y especialmente en los servicios. El Ejecutivo, por boca de su consejera de Economía y Hacienda, destacaba asimismo "el diferencial" que existe entre Navarra y la media española -cerca de diez puntos en la tasa de desempleo- y el hecho de que solo dos comunidades queden por debajo del 20% de desempleo. Navarra ha conseguido asimismo estrechar la diferencia que la separa de la comunidad con mejores datos de paro: la CAV. El 16,83% actual, 1,4 puntos menos que hace tres meses, supone la tasa más reducida desde el tercer trimestre de 2012. Los datos conocidos, dijo Goicoechea, vienen a confirmar "la senda de la estabilidad que se veía los últimos meses" y añadió que si bien los datos siguen siendo "preocupantes" se puede "atisbar cierta mejoría".
un año y dos mitades Para sujetar esta afirmación es necesario mirar también a la evolución trimestral de los datos, que muestran un año claramente dividido en dos mitades: una primera parte en la que se profundizó la destrucción de empleo y una segunda en la que parece haberse frenado. De hecho, el año cerró con 700 personas más trabajando que a finales de junio. Una evolución que, hasta cierto punto, concuerda con las series de afiliación a la Seguridad Social, el otro indicador que mide con precisión la marcha de empleo y que muestra ya una cierta tendencia a la estabilización en los últimos meses. De hecho, desde la Seguridad Social confían en ver crecimientos netos en la afiliación en toda España en los próximos meses.
Pero pocas más buenas noticias pueden desprenderse de la EPA. De hecho, en el último año, solo la agricultura ha sido capaz de generar algo de empleo, tal y como destacaba ayer UGT, que consideraba que, mucho más importante que el descenso del paro, es la caída de la población ocupada y de la activa. "Si se analiza esta caída del empleo por sectores, la pérdida de 6.900 puestos de trabajo en el sector Servicios, 4.000 en la Construcción y 1.200 en la Industria indica una preocupante contracción de la actividad productiva en Navarra", añadían desde el sindicato.
Para la UGT, "es igualmente destacable el incremento de las desigualdades que se desprende de los datos de la EPA". El hecho de que la tasa de paro entre los trabajadores extranjeros se haya incrementado hasta el 37,96%, más del doble que la media de Navarra; que el paro entre los trabajadores más jóvenes supere el 45%, casi triplicando esa media; que la temporalidad haya aumentado en más de un punto, situándose en el 21% o que haya 17.966 hogares con todos sus miembros en paro, 2.257 más que hace un año, "evidencian la dramática situación de los colectivos más golpeados por la crisis, por la reforma laboral y por las brutales medidas de recorte de los gobiernos central y foral".
Tampoco remite el paro de larga duración, con 14.800 personas que llevan ya dos años buscando empleo y otras 13.700 suman entre doce y 24 meses. Más de la mitad de los parados (28.500 personas) acumula por tanto más de un año en desempleo y va viendo cómo se reduce la prestación que cobra. Y crece también el número de personas abocadas a cobrar una renta de mera supervivencia.
CCOO adoptaba una visión algo más optimista al evaluar los datos conocidos ayer, que veía "positivos pero insuficientes", en línea con lo que explicaban desde el servicio de estudios de la Cámara de Comercio, para quienes los datos "eran positivos", si bien alertaban sobre los riesgos que supone el aumento de la desocupación y de la población inactiva. "Los datos de la EPA tienen un sabor agridulce, porque el descenso del paro se debe en gran medida a la reducción de la población activa", añadía CCOO, que indicaba que el número de personas activas ha descendido en Navarra en 6.400 en un trimestre y la tasa de actividad se ha situado en el 58,77%, la menor desde 2005.
En su opinión, este es un "grave problema de equilibrio del sistema" si se tiene en cuenta que el número de personas inactivas de más de 16 años se ha incrementado en aproximadamente 4.700 en un trimestre, 4.000 en un año. Para CCOO "sería un grave error enmarcar estos datos en una definitiva y duradera tendencia de mejora general", ya que "se está dando un evidente distanciamiento entre la mejoría de las magnitudes macroeconómicas, impulso protagonizado principalmente por las grandes empresas y las exportaciones, y la situación real de las familias".