“una jornada cualquiera consiste en desplazarnos hasta el parque eólico para comprobar qué máquinas pueden estar paradas para luego explicar al personal de mantenimiento cómo deben actuar, o realizar revisiones sobre correctivos de máquinas. Cada tres meses también desarrollamos acciones preventivas, entre otras tareas”, detalla Juanma Mateos, de 41 años, operario de Iberdrola en el parque eólico de Badaia y Elgea-Urkilla, situados en Álava. En la CAV, la eléctrica dispone de otra instalación más en Oiz, en Bizkaia. Entre los tres suman 143 MW.

Mateos no recuerda haber presenciado un descenso de emergencia en altura desde un aerogenerador; ni un rescate en el exterior por una caída lateral de un compañero, que queda suspendido en el aire sujetado por arneses, y ni un rescate de un trabajador en las escaleras o elevadores ubicados en el interior del molino. Nunca le ha tocado, pero Iberdrola les facilita la formación para saber cómo actuar en estas situaciones.

La eléctrica invierte 500.000 euros anuales en formación sobre Trabajos en altura, evacuación y rescate, que se imparten en la empresa navarra Tesicnor, situada en el polígono Mocholi de Noáin; además de los cursos de Operación y mantenimiento de los componentes técnicos de un aerogenerador en las instalaciones de Gamesa en la Ciudad de la Innovación en Sarriguren.

Juanma Mateos ha sido uno de los 350 operarios de la compañía, presidida por Ignacio Sánchez Galán, que se han beneficiado de estos cursos sobre instrucciones en prevención de riesgos laborales y sobre formación técnica en instalaciones renovables. En los últimos diez años, la eléctrica ha desembolsado cinco millones de euros en este objetivo para sus profesionales.

Mateos, de 41 años y electrónico, impartió por primera vez el curso de prevención hace unos tres años. En el parque desarrollan las tareas en pareja: así, en el caso de que pueda suceder algo, el compañero auxilia al accidentado, ya sea porque ha podido quedar suspendido en el aire en el exterior o interior del molino, por ejemplo. “Al principio te parece complicado aprender cómo debes reaccionar ante un accidente de este tipo, ya que no es algo que hagamos de forma habitual. En los cursos nos explican todo con detalle y sales sin dudas, aunque luego no practicas, por fortuna”, recuerda este operario de Iberdrola e insiste en que “estos casos son muy remotos”. Y recuerda que no deben olvidarse “de la carretera”, ya que son comunes “los accidentes de tráfico”.

Juanma, junto a compañeros que desempeñan la misma labor en parques eólicos de Iberdrola en Castilla-La Mancha, con 1.804 MW; en Castilla León, con 1.453 MW; en Andalucía, con 857 MW; en Galicia, con 627 MW; en Aragón, con 306 MW; en Murcia, con 161 MW; en Asturias, con 74 MW; en Catalunya, con 50 MW y en Cantabria, con 32 MW, se citaron ayer en las instalaciones de Tesicnor para mostrar a un grupo de periodistas procedentes de cada una de estas comunidades cómo se forman en materia de prevención de riesgos. “Las tasas de siniestralidad en el sector eólico son bastantes inferiores a las registradas en otras industrias, pero existen y hay que prevenir”, destaca Juan López Gutiérrez, director del departamento de Formación de Tesicnor, especializada en cursos de formación para el sector eólico, principalmente en materia de prevención laboral. “El 95% de los cursos están enfocados a esta actividad, y un 5%, a otras materias como carretillas elevadoras, seguridad vial, etc.”, cuenta David Martínez, formador del centro.

“Nos enfrentamos a dos caballos de batalla en los parques eólicos: la altura de los aerogeneradores -los más pequeños pueden ser de entre 50 y 55 metros y los más grandes, de entre 100 y 120 metros- y el riesgo eléctrico, es decir, el poder electrocutarse, ya que se trata de un centro de producción eléctrica. Hablamos de más de 30.000 voltios. ¡Ninguna tontería!”, explica Juan López que junto a dos formadores más de la empresa, David Martínez y Etor Iraola, se encargaron de mostrar cómo imparten estos cursos.

más de 5.000 alumnos

De todas las comunidades y de otros países

De Honduras a Marruecos y a China

Tesicnor, impulsada por su gerente, el tafallés Santiago Pangua, comenzó su andadura en este sector hace más de una década. “Cada año formamos a 5.000 personas tanto aquí como en otros países, provenientes de empresas como Iberdrola, Gamesa, Acciona, etc. El 97% son hombres y un 3% mujeres, y jóvenes, los más mayores tienen unos 45 años”, declara Juan López. “Los operarios deben reciclarse una vez al año en esta materia”, insiste. Pero como recuerda Juanma, se renuevan cada dos o tres ejercicios.

El centro ha sido el primero en España en obtener el certificado bienal y de validez mundial de la Global Wind Organization, que trabaja por garantizar la seguridad y la salud de todos los que trabajan en la industria eólica. El equipo de formadores lo componen diez profesionales, nueve varones y una mujer, que desempeñan su actividad en el propio centro de Noáin y también se desplazan a otros países: Honduras, Costa Rica, Colombia, Haití, Alaska, Irlanda, Marruecos, Túnez, Italia, Suiza, India, China, Mongolia, Corea del Norte, Japón o Portugal. “Hoy mismo -por ayer- un compañero se marcha a Etiopía. En otra ocasión, 14 egipcios se desplazaron hasta Navarra para formarse”, dice Etor Iraola, formador que mostró a los periodistas junto a tres operarios de Iberdrola cómo se deben afrontar trabajos y rescates en elevadores y escaleras en el interior de la nave.

“La rapidez es fundamental para evitar la presión de los arneses sobre un cuerpo que está en esos momentos inerte y en suspensión, ya que los efectos de esa presión pueden ser fatales para los órganos vitales del accidentado”, resalta Iraola.

Su compañera David Martínez, también en el interior, detalló el rescate de caídas laterales y en espacios confinados y Juan López, en el exterior, dirigió en un simulador de un aerogenerador de 25 metros de altura cómo afrontar un descenso en parejas, un descenso de emergencia y prácticas de extinción de incendios.

preparación técnica

Dos cursos

Los componentes

El proyecto de formación de Iberdrola se completó con la visita a Gamesa, donde los operarios aprenden por medio de dos cursos las características de los distintos componentes que forman un aerogenerador.

En una nota, la compañía eléctrica destaca que “este proyecto de formación realizado en Navarra ha servido de base para los cursos que se imparten en la actualidad en otros países en donde tiene parques eólicos terrestres, como Estados Unidos o Reino Unido”. Y todo ello para lograr el objetivo de su programa Riesgo Cero.

¿Qué aprenden los operarios en materia de prevención? Dentro de las prácticas que realizan en Tesicnor, destacan el descenso de emergencia en un simulador de un aerogenerador de 25 metros de altura; el empleo del descensor de emergencia; las técnicas de rescate y emergencia en un parque; la seguridad en trabajos en altura en el sector eólico; el rescate de caídas laterales; el descenso en parejas; el rescate en espacios confinados; la manipulación de infraestructuras eléctricas; las prácticas de extinción de incendios y los trabajos y rescate en elevadores y escaleras.

5

Iberdrola ha destinado en los últimos diez años un total de cinco millones para la formación de trabajadores en parques eólicos.

400

El programa de la eléctrica incluye una parte de formación técnica en instalaciones renovables y otra de instrucciones en prevención de riesgos laborales, que suponen aproximadamente 400 horas de clases al año, por las que han pasado 350 operarios que trabajan en distintos países.

5.500

La compañía suma una potencia instalada de más de 5.500 megavatios (MW) entre diez comunidades autónomas.