Viscofan ha emergido en la última década como una de las empresas ganadoras de la crisis. No solo en Navarra -es una de las cinco compañías que más factura y, sin duda, la que más gana-, sino en el mercado global en el que opera, con ventas en más de un centenar de países y con activos en cuatro continentes. Su visibilidad, cada día mayor merced a su liderazgo mundial y a una rentabilidad creciente, la han convertido además en uno de los valores preferidos por los accionistas en la Bolsa española. Por su enfoque industrial, sólido, y porque, sin acometer ninguna ampliación de capital desde hace 25 años, ha sido capaz de engullir competidores y de controlar más del 15% del mercado mundial de envolturas cárnicas. Este año espera ganar más de 130 millones.

Sus accionistas, más allá de vaivenes como los de los últimos meses, tienen motivos para ser felices. Especialmente aquellos que han permanecido fieles a una compañía constituida en octubre de 1975, que tardó casi cuatro años en comenzar a vender y que en 1990, dirigida por Sixto Jiménez, protagonizó una de las noticias económicas del año, al comprar a su principal competidor (Naturin). Una empresa alemana, que les triplicaba en tamaño y con la que adquirieron la presencia internacional que necesitaban para afrontar el paso decisivo: asaltar América. “La empresa siempre tuvo en la cabeza el eje atlántico”, explicaba en la Casa de América Agatha Echevarría Canales, vicepresidenta de Viscofan, en una de sus escasas intervenciones públicas .

Echevarría entronca directamente con la estirpe del fundador de la empresa, Jaime Echevarria Abona, su histórico presidente hasta 2009. Fallecido a comienzos de este año, fue también presidente de Iberpapel (Papelera Zicuñaga) -dejó la presidencia a otro de sus hijos, Iñigo- y creó Viscofan junto a los también guipuzcoanos Leopoldo y Luis Michelena . En la última comunicación a la CNMV, que data de 2014, reconocía controlar todavía el 2,385% de la compañía, mientras que Agatha, nombrada vicepresidenta en 2009, posee un 0,036%. Estas participaciones, que suman más de 1,12 millones de acciones de un total de 46,6 millones, suponen una porción mínima, pero aún relevante en una compañía cuya propiedad se diluyó para siempre hace ahora 30 años, con su salida a Bolsa. Hoy, sus grandes accionistas poco o nada tienen que ver con los originales. Hay bancos y fondos de pensiones noruegos, holandeses y británicos, así como miles de pequeños inversores. Y también apellidos relevantes, que explican por sí solos una pequeña parte de la historia económica y política de España.

primer accionista

Corporación Alba

March, el banquero que financió a Franco

El más conocido de todos se esconde tras el nombre de Corporación Financiera Alba, la sociedad en la que el grupo familiar March agrupa sus participaciones empresariales, valoradas más de 2.000 millones de euros. Uno de sus miembros, Juan March de la Lastra, forma parte del consejo de Viscofan y es bisnieto del patriarca familiar, Juan March Ordinas. Nacido en Mallorca en 1880, fue contrabandista, hizo fortuna suministrando a ambos bandos en la Primera Guerra Mundial, creó Transmediterránea y fue bautizado por Francesc Cambó como El último pirata del Mediterráneo. Encarcelado en la República, ganó su jugada definitiva en 1936 al financiar el golpe de Estado de Franco. Se convirtió así en unos los banqueros del régimen, bajó el que terminó por amasar una de las grandes fortunas de su tiempo. La Corporación Alba cuenta hoy con participaciones en empresas como ACS, Acerinox, Indra y Ebro Foods, entre otros.

poder andaluz

Domecq Bohórquez

Tierras, ganado y acciones de Coca Cola

March no es el único apellido conocido del consejo y del accionariado de Viscofan. En la junta de este año se hizo oficial la entrada de Santiago Domecq Bohórquez, ganadero jerezano y ex consejero de Coca Cola en España. Su entrada en el consejo responde a la fuerza creciente de su familia en la compañía navarra. Ana María Bohórquez Escribano, su madre, figura como propietaria de más de un 3% en la compañía: más de 1,4 millones de acciones. Con una retribución de 1,35 euros por título, la familia jerezana habría ingresado así más de 1,8 millones de euros en dividendos este año. Alejado geográficamente del origen de Viscofan, el nuevo consejero tiene sin embargo lejanas raíces vascas. Su padre, Jaime Domecq Ybarra era hijo de Luis Domecq Rivero y María del Carmen Ybarra Menchacatorre, uno de aquellos matrimonios que durante los siglos XIX y XX unieron ilustres linajes andaluces y vizcaínos.

Desde neguri

La estirpe industrial

Ampuero, empresario de cuna y formación

El poder económico de Bizkaia tiene también su hueco en el consejo de Viscofan. En una de sus vicepresidencias, la que ocupa Néstor Basterra Larroudé (Iberpapel), y sobre todo en su presidencia, desde 2009 en manos de José Domingo Ampuero y Osma, que controla apenas un 0,109% del accionariado de la empresa, pero desempeña funciones ejecutivas. De su mano, Viscofan se ha consolidado como líder global, se ha saneado y ha deparado los mejores resultados de su historia.

Ampuero forma parte de una de las familias con más solera de Neguri, la zona en la que se instalaron las principales fortunas vizcaínas a comienzos del siglo XX. La suya se vinculó a negocios mineros y navieros, fundó el Banco de Bilbao y Cementos Lemona. Pero Pepe Ampuero es mucho más que eso. Nacido en Getxo, ingeniero Industrial por la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Bilbao y máster en administración de empresas en Southern California (Los Ángeles), ocupó a finales de los años 90 una de las vicepresidencias del recién fusionado BBVA. Por edad y tradición, pareció el delfín de las familias vascas para presidir un día el banco. La historia le tenía reservado, sin embargo, un camino distinto. El descubrimiento de una cuenta del banco en el paraíso fiscal de Jersey terminó con las dimisiones en 2002 de Pedro Luis Uriarte, Emilio Ybarra y la suya propia, en lo que fue interpretado como un golpe de gracia a Neguri por parte del PP. Por primera vez en su historia, el Banco de Bilbao y Vizcaya, símbolo del poder vasco y de toda una época, se quedaba sin Ybarras y sin Ampueros en el consejo. Todos los acusados fueron absueltos cinco años más tarde.

fondos de toda europa

Un valor codiciado

De Holanda a Noruega

La presidencia de Viscofan no tiene el glamour del BBVA, así que Ampuero, nacido en 1949, conserva otras ocupaciones: es presidente de Autopista Vasco-Aragonesa, consejero de Corporación Financiera Alba -la de la familia March- y de otra gran empresa vasca: Tubacex. Su gestión y la de José Antonio Canales han convencido además a grandes fondos y bancos europeos. Norges Bank, el Banco Central Noruego, se ha consolidado en año y medio como el segundo accionista de Viscofan, uniéndose al inglés Marathon, uno de los fondos más veteranos, y al holandés APG, que suma más de dos años en Viscofan. Todos han visto en la firma navarra un valor no solo refugio en plena crisis, sino tambien rentable.