pamplona - La llegada del segundo modelo a la planta de Volkswagen Navarra no ha sido fruto de la casualidad, ni de ningún guiño por parte de la central en Wolfsburgo. Todos los actores de la fábrica de Landaben tuvieron que hacer de su productividad bandera para imponerse a la feroz competencia interna del consorcio automovilístico alemán, además de afrontar una negociación de tres semanas en las que el parque de proveedores, el Gobierno foral y la sociedad navarra estuvieron también presentes.
Porque del segundo modelo no sólo se beneficiarán los trabajadores de la fábrica; también una red de empresas que trabajan para la factoría y por las que VW Navarra peleará para que se asienten y consoliden en la Comunidad Foral, que registra entre cuatro y cinco empleos indirectos por cada asalariado en la planta, y que tiene ante sí una “gran oportunidad”.
Así lo aseguró ayer Jesús Galindo Parejo, gerente de Relaciones Industriales de VW-Navarra, que ayer participó de los viernes económicos que organiza el departamento de Desarrollo Económico del Gobierno de Navarra en el Palacio del Condestable. Galindo tomó parte como ponente en una charla titulada Tecnología, conocimiento y trabajo: ¿Cómo será el empleo del futuro?, en la que también fueron ponentes Juan José Goñi Zabala, consultor de empresas, y Manuel Iribarren Oscoz, vicepresidente de Aedipe Navarra. En su intervención, el gerente de Relaciones Industriales explicó cómo se gestó la posibilidad de que la fábrica de coches acogiese un nuevo modelo además del Polo.
En febrero, la central de Wolsfburgo se puso en contacto con su filial navarra para ofrecerle la posibilidad de elaborar un proyecto con el que optar a la concesión para fabricar otro vehículo en Landaben. Y Alemania exigía dos cosas: que el plan se presentase en tres semanas y que mejorase el nivel de competitividad. Después de cerca de diez reuniones, tal y como expuso Jesús Galindo, VW Navarra consiguió dar con un plan que se impuso a las propuestas de AutoEuropa Portugal y la factoría de Martorell. Porque el principal competidor de Landaben estaba en casa, ya que la planta navarra no deja de ser una de las 110 que el consorcio tiene por todo el mundo. Pero fue capaz de hacer valer sus altos niveles de productividad frente a las ofertas lusas y catalanas. “En Portugal cobran bastante menos; en Martorell, un poco menos que en Pamplona. Pero aquí somos muy productivos”, aseguró.
Con la baza de la alta productividad y el apoyo de la sociedad navarra y el Gobierno foral, VW Navarra consiguió que le adjudicasen un segundo modelo que garantiza mayores niveles de empleabilidad en la fábrica, pese a que el nuevo Polo (que se empezará a ensamblar en 2017) se monta en menos tiempo.
más empleo “Hay que ser cautos sobre el papel, por eso hay que prever entre 300 y 500 empleos directos relacionados con el segundo modelo”, se encargó de subrayar Galindo, pero no descartó que sean más, y además más jóvenes, capaces de rejuvenecer una plantilla que actualmente es “veterana”, y que ronda los 46 años de media. Pero la verdadera riqueza desde el punto de vista del empleo radicará en un tejido industrial que, “según algunos estudios, puede crear cuatro o cinco empleos por cada empleo directo en la factoría”, tal y como señaló Galindo. En este sentido, el gerente de Relaciones Industriales mostró el compromiso de la planta con “crear las condiciones necesarias” para que los proveedores se instalen cerca de Landaben. “Ya desde el anuncio del segundo modelo estamos tratando de que esos proveedores, que son multinacionales, traigan fábricas a Navarra”. Un extremo que Izaskun Goñi, directora de Política Económica y ayer moderadora de la mesa redonda, accedió a matizar. “Desde el departamento hemos constatado el impacto positivo y el interés que el anuncio ha tenido”, indicó. Precisamente, Jesús Galindo señaló el factor geográfico y el ahorro en logística como dos claves de la llegada del segundo modelo a Navarra por delante de Portugal.