pamplona - Vuelven los crecimientos a doble dígito en Laboral Kutxa, que incrementó en 2018 un 10% su beneficio consolidado, hasta los 133 millones de euros. La entidad cooperativa, que presume de una tasa de solvencia entre las más elevadas del sector (18,76% CET1), aceleró además de manera clara su actividad comercial en un año en el que, sin embargo, los márgenes volvieron a contraerse.

“El año ha concluido sin el repunte de los tipos de interés en la eurozona”, explicó la entidad en su nota de presentación de los resultados anuales, que se apoyaron en una “intensa” labor comercial, con crecimientos significativos en la concesión de nuevos créditos: las hipotecas han crecido un 18,7%, la financiación a pymes un 18,8% y los préstamos a autónomos y pequeños negocios, un 14,5%. Por su parte, los recursos gestionados de clientes se han incrementado un 3,9%, apreciándose una mayor diversificación del ahorro, con aumentos notables de las figuras fuera de balance, especialmente en el apartado de fondos de inversión, que crecen un 5,7%.

2018 ha sido también un ejercicio adecuado para limpiar los balances y rebajar la tasa de morosidad, que cerró en un 4,51%, por debajo claramente del 6,03%. “El dato cobra un valor especial si se tiene en cuenta que Laboral Kutxa ha mantenido constante su perímetro de análisis durante todo el ejercicio, sin necesidad de realizar operaciones de venta de paquetes de activos problemáticos”.

La entidad destacó que, a pesar de que los tipos de interés se mantienen en mínimos históricos, ha logrado contener el margen de intereses en 246,47 millones de euros, que apenas se contrae un 0,35% respecto a 2017. El capítulo de comisiones ha sumado 101,52 millones a la cuenta, impulsado por el buen comportamiento de los fondos de inversión y de los sistemas de pago. Como consecuencia, el margen básico de la entidad se eleva un 1,24%, hasta los 348 millones, lo que indica el buen desempeño del negocio recurrente.

El margen bruto, por su parte, disminuye un 3,77%, ya que la contribución de los resultados de las operaciones financieras registradas durante el ejercicio (ROF) ha caído significativamente. “Sin embargo, en términos homogéneos, sin la incidencia de la nueva normativa contable IFRS9, el margen bruto de la entidad reflejaría un incremento positivo del 2,3%”, explicó la entidad, que no abandona en cualquier caso la austeridad a la hora de manejar sus costes. Esto se refleja en una rebaja de los gastos de administración en un 2,29%.

La cartera de activos dudosos ha descendido un 11,6% respecto a 2017 y, como consecuencia, se ha originado una menor necesidad de dotación a coberturas para deterioros e insolvencias durante el año, que se cifran en 11,40 millones de euros. Con todo, el resultado bruto consolidado del ejercicio antes de impuestos se ha incrementado un 10,5%, hasta los 148,36 millones de euros que, una vez descontados los impuestos correspondientes, sitúa el resultado neto previo a la asignación a los fondos de la obra social en 133,65 millones de euros, un 10,06% por encima de la cifra alcanzada en 2017.

El incremento en la actividad comercial no basta, en cualquier caso, para que el activo total de la entidad crezca. La intensidad del desapalancamiento sigue siento alta y Laboral Kutxa cerró el año con 13.196 millones, un 0,9% menos. El ritmo de caída es inferior al del sector, que se contrae todavía un 2,61%.