madrid - El Banco de España destaca que en 2018 la economía española prolongó, por quinto año consecutivo, su etapa de expansión económica, y anticipa que el aumento del PIB en el escenario central superará “con holgura” su tasa de crecimiento potencial (algo inferior al 1,5%) a lo largo del próximo trienio, hasta situarse en el 1,7% en el promedio de 2021.

Así lo recoge el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en el Informe Anual 2018 donde destaca que a pesar de la desaceleración de la economía española en el último año, está mostrando un “elevado grado de resistencia” en comparación con otros países del entorno, con lo que está prolongado su fase expansiva, mantiene una “intensa” creación de empleo y está corrigiendo algunos de los desequilibrios que se acumularon en la etapa expansiva.

“A lo largo de la fase de recuperación se han puesto las bases para un crecimiento más equilibrado, con la consiguiente mejora de la capacidad de resistencia ante posibles perturbaciones futuras”, destaca el Banco de España en su informe. En su último informe trimestral ya mantuvo su previsión de un aumento del PIB del 2,2% este año, y se moderará al 1,9% en 2020 y al 1,7% en 2021.

No obstante, Hernández de Cos advierte de que la economía española se enfrenta a “importantes retos y vulnerabilidades”, como la reducción del “elevado” endeudamiento público y exterior, la “alta” tasa de paro, al aumento de la productividad, el reforzamiento del sistema bancario y la necesidad de encarar el progresivo envejecimiento de la población.

Además, fuentes del organismo lanzaron una advertencia ante el “elevado dinamismo” del consumo privado, en parte debido al descenso de la tasa de ahorro y al crecimiento “elevado” del crédito al consumo, al temer que algunos hogares estén siendo “excesivamente optimistas” a la hora de tomar decisiones de consumo.

En este sentido, desde el supervisor consideran que la mejora del empleo hace que la ciudadanía esté “un poco más confiada sobre su futuro y que pueda gastar algo más”, si bien advierte que en el caso de algunos hogares --aquellos con rentas más bajas--, la combinación de un ahorro bajo y cierta acumulación de deudas puede provocar escenarios futuros “poco favorables” y aumentar su presión financiera.

Por ello, pide que los hogares sean “cautelosos” a la hora de formular planes de gasto y endeudamiento, y no contraigan deudas más allá de lo que marquen las “estimaciones prudentes” y la “cautela lógica”. - E.P.