A ntes de que las oficinas móviles -autobuses que acuden a los pueblos uno o dos días a la semana para ofrecer servicio bancario- se popularizarán, Navarra ya conocía las oficinas con horario parcial o discontinuo. Sucede desde hace tiempo en Salazar, uno de los valles pirenaicos cuyos habitantes están más que acostumbrados a desplazarse para según que servicios o a esperar a que llegue el día en que poder ir al banco a sacar dinero.

Es el caso de Jaurrieta, con apenas 196 habitantes, que cuenta con una oficina de Caja Rural de Navarra, la única que existe en el pueblo. Abre dos días a la semana, como sucede seis kilómetros carretera abajo, en Ezkaroz, donde CaixaBank abre martes y jueves y completa así los tres días (lunes, miércoles y viernes) que abre la oficina de Ochagavía. “En este sentido, no ha habido mucho cambio en los últimos años”; explica Gonzalo Celay, presidente de la Junta del Valle de Salazar. Años en la misma situación han hecho que los más de 1.600 habitantes del Valle de Salazar, casi 1.000 menos que a comienzos de los años 70, colaboren entre ellos para ir al banco o incluso hacer la compra. “La gente se pone de acuerdo y baja en el mismo coche. De la farmacia suelen subir, pero más que nada para dar un servicio al pueblo. Nos han pedido que habilitemos un espacio con internet para poder hacer la gestión de las recetas”, explica Celay, quien confía en que la banda ancha llegue al pueblo en 2020. “Estaba prevista para 2019, pero...”.

Disponer de internet a una velocidad satisfactoria es una de las reclamaciones principales en muchas localidades. Permite, por ejemplo, la implantación de medios de pago digitales en los comercios más pequeños, donde el efectivo sigue siendo lo más habitual. Los bares no suelen disponer de ellos en muchos casos y la ausencia de puntos de extracción de efectivo en algunas localidades ha sorprendido a más de un turista, que no podía pagar lo que había consumido.

“Los restaurantes tienen casi todos ya para pagar con tarjeta”, explica Jone Alastuey, primera mujer presidenta de la Junta del Valle, cargo para el fue elegida hace apenas tres meses. En Roncal no tienen implantación ni Caja Rural ni Laboral Kutxa, que tampoco cuenta con oficinas en Salazar. Son sus clientes los que tienen mayores dificultades para sacar dinero sin pagar una comisión. “Hay un acuerdo con la Rural, por el que es posible sacar dinero un par de veces al mes sin coste”, explica Alastuey, quien cree que, para los habitantes del valle, sería interesante que estos acuerdos “se extendieran a otras entidades financieras”. “En estos pueblos al final te apañas y la gente lo tenemos normalizado, asumido, pero no es lo ideal”, dice.

Ainhoa Unzu, secretaria de Desarrollo Económico del PSN-PSOE y parlamentaria foral, criticaba hace unos días en Twitter que CaixaBank hubiese decidido cerrar durante el mes de agosto la oficina con la que cuenta en Roncal: “Si queremos mantener vivo el medio rural, muy mal ejemplo se da dejando sin servicio a vecinos y visitantes. El mantenimiento y viabilidad de las zonas rurales es implicación de todos/as”. “Estamos haciendo una apuesta muy importante por mantener las oficinas rurales”, explican desde CaixaBank, que recuerda que el año pasado ya se cerró la oficina, que se mantiene el servicio de cajero en Roncal, con reposiciones periódicas de dinero, y que a solo unos kilómetros se encuentra la oficina de Isaba. En la misma localidad tiene también oficina Santander.